Ex-Machina 10: Final de Mandato de Brian K. Vaughan y Tony Harris (Ex-Machina 45 al 50 USA).
Se terminó. Tras 10 volúmenes recopilatorios o lo que es lo mismo 50 comic books, termina una de las series más importantes de la última década. Una serie cuyo final me ha cogido completamente por sorpresa y me ha hecho reevaluar la colección.
Porque este último tomo de la colección, de próxima publicación en España por Norma Editorial, descansaba en la pila de cómics por leer desde febrero de este año. Otros tebeos se amontonaban mes a mes encima de este y el tiempo iba pasando y yo seguía sin leerlo. Tal vez fuera, porque en mi opinión la serie había ido perdiendo su fuelle inicial y creía que había sido flor de un día, al igual que su guionista, que no iba a superar su "Y: El Último Hombre".
Pero que equivocado estaba y a la vez como me alegro. Al empezar a leer el cómic y encontrarme con la subtrama de si Mitchell Hundred debía aprobar que el gobierno diera la píldora del día después a los ciudadanos de Nueva York, he pensado que iba a encontrarme con otra denuncia social de la que me estaba cansando en cada saga de la serie.
Y de repente, el tebeo mete un giro, y cada página que pasas hace que no puedas dejar de leer. El destino de muchos de los protagonistas del serial es muy duro, casi diría que cruel, pero todos tienen su momento y sus caminos finalizan. El número 47 tiene un flashback en los años 80, que seguido de la visión/sueño apocalíptica que tiene Hundred en las páginas posteriores con el árbol de navidad del Rockefeller Plaza ardiendo, explica el elefante rosa que ha estado flotando alrededor de toda la serie y que nunca el lector se había planteado y que Vaughan no había explicado.
Que nadie espere una explicación directa. Vaughan ha aprendido muy bien la lección del tiempo que pasó contratado en la serie Lost, y deja muchas de las respuestas a la imaginación del lector, lo que me parece un acierto, porque le da a la serie un aura de misterio inconcluso que te provoca las ganas de leerla desde un comienzo e indagar en búsqueda de nuevas revelaciones que en una primera lectura dilatada durante cinco años de publicación hayan pasado por alto.
Para finalizar, asegurar a los futuros lectores que el camino recorrido por Mitchell Hundred y el resto de personajes del serial es sumamente satisfactorio, que Tony Harris da su do de pecho como dibujante de la colección, quizás el mejor trabajo que ha hecho en toda su carrera y que una vez finalizado el volumen, piensas que en poco tiempo le darás un repaso completo a la colección. Creo que no existe mejor elogio para una historia que eso.
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