X-Men: Primera Generación de Matthew Vaughn. Reseña de actualidad

X-Men: Primera Clase de Matthew Vaughn (X-Men First Class, 2011).

Poco se podía esperar de la saga cinematográfica de los X-Men, o Patrulla X para los aficionados a los mutantes de toda la vida. Tras la marcha de Bryan Singer en X-Men 3 y posteriormente con el estreno en 2009 de la inenarrable y abominable X-Men Orígenes: Lobezno, las ganas de otra película de los X-Men bajo los auspicios de la temible productora Fox, estaban bajo mínimos.

Pero he aquí, que llega un director inglés, amparado por una historia del propio Singer y con solo un año para completarla, y consigue estrenar la película de superhéroes más original, rompedora e innovadora desde que Christopher Nolan pusiera su talento en la seminal "Batman Begins".

Porque esta precuela de la franquicia mutante, no solo no entra en confrontación con la trilogía original (aunque la última entrega debería ser borrada del mapa y realizada de nuevo por Singer o Vaughn) sino que además amplia el universo ideado por Chris Claremont, trasladando la acción a la guerra fría, el miedo a la guerra nuclear, en concreto a la crisis de los misiles cubanos, de los que estos X-Men son partícipes y donde se origina todo el conflicto mutante.

A parte de este ambicioso contexto histórico, que transforma el universo mutante en una suerte de novela de Bond de Ian Fleming, con unos toques de Mad Men, el rat pack de Sinatra y compañía y un filme de Oliver Stone, la película sustenta toda su trama en la amistad entre dos hombres, Charles Xavier y Erik Lensherr, futuros Profesor X y Magneto, ambos con un mismo objetivo, pero diferentes caminos que les hará separarse y enfrentarse.

La función la domina el actor Michael Fassbender con su interpretación de Magneto, que llena cada escena en la que aparece en pantalla. Los mejores momentos y líneas de diálogo las tiene este personaje, tanto interactuando con Kevin Bacon, que interpreta un espléndido  y amenazador Sebastian Shaw (genial que sea el artífice de la evolución de Magneto) o cualquier conversación con la otra estrella de la función, James Mc Avoy como un joven Charles Xavier, sobre todo en la escena que Xavier accede al recuerdo más emotivo de Erik o la última escena que comparten ambos actores en la película, capaz de poner la carne de gallina a cualquier seguidor de estos personajes.

El resto del reparto está muy bien elegido y cada uno de ellos tiene su momento de gloria, aunque habría querido más sobre La Reina Blanca, interpretada con la misma frialdad por January Jones que su Betty Draper de Mad Men o de Kaos, el hermano de Cíclope. Del elenco de Xavier destacan La Bestia y Mística y su tierna relación. Como punto negativo, Alex González, actor español que interpreta a Riptide, secuaz de Shaw y que está completamente fuera de lugar, sin ninguna línea de diálogo y que más parece un galán trasnochado de Pasión de Gavilanes, que un villano de la Marvel.

Más cosas para el recuerdo: el Club Fuego Infernal, Banshee y su primer vuelo, la transformación de la Bestia, el cameo de un personaje muy querido, la venganza de Magneto en Argentina, los trucos mentales de Emma Frost, el motivo de la parálisis de Xavier y un sinfín de detalles más que serán disfrutados de nuevo en futuros visionados. Todo ello gracias a su director, Matthew Vaughn, que demostró su amor y sus dotes por el género superheróico en la simpática Kick Ass, pero que aquí explota en la que es quizás la mejor adaptación Marvel jamás hecha, mucho más ambiciosa y menos rígida en su fórmula, que las producciones actuales de Marvel Studios, divertidas pero algo conservadoras en su presentación.

La película, con una duración de dos horas y cuarto, no aburre en ningún momento, dejándote con ganas de más y deseando que Vaughn continúe con esta nueva franquicia y enlace con el original de Singer. El "sleeper" del verano.