3 de junio de 2011

X-Men: Luces y Sombras de la trilogía cinematográfica



Aprovechando que en unas horas se estrenará en salas de todo el mundo (aunque desde el miércoles pueda verse en Inglaterra) la precuela o reboot de los X-Men, llamada "Primera Generación" y que tan buenas críticas está recibiendo, quiero hacer un breve repaso de lo que fue la primera aproximación a los mutantes de Chris Claremont.


Casi 11 años han pasado desde que se estrenara el primer título de la saga, verdadero inicio de la moda superheróica que durante más de 10 años ha llenado las pantallas de nuestro cine y que ha hecho que Marvel Comics y sus personajes se convirtieran en parte del imaginario colectivo. En su momento, la película ofrecida al director Bryan Singer, con solo dos películas en su haber, no pronosticaba según las imágenes y trailers previos a su estreno en verano de 2000 (en España, el 6 de Octubre del mismo año) la sorpresa con la que se encontrarían los espectadores y sobre todo, los aficionados a los cómics.


Aunque Singer no dispusiera de un presupuesto muy holgado, que la duración del largometraje no fuera la deseada y sus efectos especiales no fueran nada del otro mundo, consiguió dar en la diana por varias razones, todas ellas muy importantes. Lo primero, un respeto y un conocimiento de los personajes y el universo en el que se mueven, excelente. Singer trasladó el concepto de diferentes y perseguidos que Chris Claremont desarrolló en los cómics durante 15 años y lo supo sintetizar en 100 minutos. Otro aspecto perfecto fue el excelente casting de actores, donde todos son perfectas réplicas de sus homólogos del tebeo, empezando con un asombroso Hugh Jackman como Lobezno, que le llevó directo al estrellato, a un repelente pero noble Cíclope, interpretado por James Mardsen, pasando por un Ian Mckellen y Patrick Stewart como Magneto y Xavier, que roban la función cuando están en pantalla, sin olvidar a Famke Jamsen como Jean Grey o una dulce y atormentada Anna Paquin como Pícara. El único pero dentro de los héroes, sería Tormenta, interpretada por Halle Berry. La actriz no tiene culpa de nada, sino que los guionistas y Singer no la desarrollan en absoluto, convertida en mero elemento decorativo y espectacular, porque sus intervenciones en las escenas de acción son de lo mejor de la película.


La primera película, excelente prólogo o casi episodio piloto de una serie, plantea y sienta las bases del universo X, en una película cuyos aciertos superan con creces sus leves defectos. Pero esta película fue solo el aperitivo que Singer tenía pensado para los fans. En 2003, estrenó la secuela de la película, mucho más grande, más cara y sobre todo, mucho más ambiciosa. Podríamos decir que es "El Imperio Contraataca" de la saga mutante. Singer demuestra un sentido épico fuera de toda duda, y embarca a los estudiantes de Xavier en una aventura que se adentra en el pasado de Lobezno (el personaje más popular de la franquicia, tanto en los cómics originales como en los filmes) y el Profesor Xavier. Basada libremente en la novela gráfica "Dios Ama el Hombre Mata" y cambiando al reverendo Stryker de dicha novela gráfica por un General Stryker, cuyo odio por los mutantes es idéntico al de su homónimo, ahonda en el experimento Arma-X que originó a Logan y pone contra las cuerdas a los alumnos de Xavier en el capítulo más emocionante de la saga.


Pocas cosas se le pueden reprochar a una de las mejores películas basadas en un cómic de la historia del cine, comparable al Spiderman 2 de Raimi o The Dark Knight de Christopher Nolan. Quizá, una duración excesivamente larga, a la que le podrían sobrar 15 minutos en su clímax, para hacerla más redonda. Pero entre el trágico final de Jean Grey, la pelea de Lobezno y Dama Mortal, el ataque de las tropas de Stryker a la escuela de Xavier, la huída de Magneto de su prisión de plástico o el excelente prólogo donde nos presentan a Rondador Nocturno, poco se puede hacer, excepto levantarse y aplaudir enfervorecidamente  el esfuerzo y el resultado de la segunda incursión de Synger en el universo mutante.


Pero en algún momento tuvieron que torcerse las cosas en la franquicia, y ese momento fue en el año 2006, con el estreno de X-Men: La Decisión Final. La tercera parte de la saga iba a ser dirigida por Bryan Singer y por como terminaba la secuela, todo apuntaba a que realizaría su particular versión de la saga de Fenix Oscura, la mejor historia que realizaron Chris Claremont y John Byrne, el mejor equipo creativo que jamás ha tenido y tendrán los mutantes. Singer, tentado por Warner para realizar Superman Returns, tuvo que abandonar a sus criaturas que pasaron a las infectas manos de un directorucho de tres al cuarto, llamado Brett Ratner, cuyo mayor logro en el mundo del cine era la saga Hora Punta, con Chris Rock y Jackie Chan. En su haber, también tenía el mérito de destrozar la novela de Thomas Harris "El Dragón Rojo" y ser incapaz de hacer algo con un magnífico reparto encabezado por Anthony Hopkins, Edward Norton y Ralph Fiennes.


Las diferencias entre las películas de Singer y la de Rattner, es como comparar en el cómic, las etapas de Claremont y la de su sucesor Scott Lobdell. Los tebeos de Lobdell eran divertidos pero absurdos. Los personajes perfectamente perfilados por Claremont, comenzaban a actuar de manera absurda y aleatoria con Lobdell. Y los golpes de efecto de Claremont, las muertes y los giros radicales, pasaron a ser usados y abusados por Lobdell. Pues lo mismo Rattner. A los cuarenta minutos del metraje, tiene la osadía de cargarse a Cíclope (aunque esto creo que fue castigo de la Fox hacia el actor, por irse con Singer a Superman Returns) y a Xavier. La muerte de Xavier, además de anti-climática, saca de personaje completamente a Logan, con ese momentazo "Mendoza" que haría las alegrías del McBein de los Simpsons.


Otro gran defecto del filme de Rattner es intentar mezclar muchas tramas y subtramas en escasos cien minutos, haciendo que unas se pisen a las otras y ninguna se desarrolle con la profundidad que debieran. Tenemos por un lado la resurrección de Jean Grey en Fenix, y su paso a Fenix Oscura, la cura encontrada por la doctora Tabitha Rao, inspirada en la etapa de Joss Whedon en la colección Astonishing X-Men, el regreso de Magneto y la presentación de brocha gorda de personajes como El Angel o la Bestia, que no pasan de la mera anécdota. El resultado, una película que no llega al nivel de basuras tales como los Batman de Schumacher, el Daredevil de Ben Affleck o el Hulk de Leterrier, pero que se queda muy lejos de los logros de Singer. Digamos que está a la altura, o bajura según se mire, de adaptaciones comiqueras como Spiderman 3 o Iron Man 2.


En unas horas, seremos testigos de los nuevos aires de la franquicia, gracias al director inglés Matthew Vaughn, que ya demostró hace un año su amor y habilidad para las adaptaciones de cómics, con la simpática "Kick Ass". Esperemos que los mutantes resurgan de sus cenizas en la gran pantalla y Vaughn nos entregue la saga definitiva de los X-Men.

2 comentarios:

  1. genail reseña!! :) lo q más me ha gustado ha sido el despelleje a la 3 jejeje
    a ver que nos depara la última!

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  2. La vi ayer....
    Me gustó, tiene ritmo, cuenta bastantes cosas, mola. Lo peor el actor español, que pose de machotón!!

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