Hace menos de 24 horas que se han celebrado los llamados Oscars de la nostalgia. Unos premios que han venido marcados por traer de vuelta el glorioso pasado y un tipo de cine que no se estila en la actualidad. La academia ha pasado de modernidades tales como "Drive" o "Shame" y de directores "incómodos" como David Cronenberg con su en apariencia clasicista revisión de la vida de Jung y Freud en "Un Método Peligroso", para abrazar películas a la antigua como la carta de amor a John Ford que es "War Horse" de Steven Spielberg, el regreso a la mejor forma de un clásico como Woody Allen en su nostálgica película de viajes en el tiempo llamada "Midnight in Paris" y sobre todo los dos homenajes a los orígenes del cine como son las excepcionales "The Artist" de Michel Hazanavicius y "Hugo" de Martin Scorsese.
Por supuesto que ha habido otros filmes nominados, pero todos sabíamos que la pugna iba a ser entre la película francesa y el filme familiar de Scorsese. Y así ha sido, ganando los premios gordos "The Artist" (Película, Director, Actor Principal, Banda Sonora y Vestuario) y los técnicos "Hugo" (Dirección Artística, Fotografía, Montaje de Sonido, Mezcla de Sonido y Efectos Visuales). Y aunque mi debilidad sea la película de Scorsese, también debo reconocer que me alegro que una película pequeña (pese a a las masivas y abrumadoras campañas de los Weinstein) haya sido la galardonada, porque es un pequeña joya del cine.
El resto de los premios han sido bastante predecibles y merecidos. Tanto el tercer Oscar para Meryl Streep por su inmensa interpretación y caracterización de Margaret Thatcher en la estimable "La Dama de Hierro" o el Oscar animado para una categoría libre de Pixar por un año, debido a su abominable "Cars 2", que ha ido a parar a manos de la sorprendente "Rango" de Gore Verbinski, un tipo que me cae bien.
Sorpresas algunas. La primera, que la Academia haya premiado a un recuperado Woody Allen por su genial guión para su mejor obra en muchos años, "Midnight in Paris". Por supuesto, Woody no ha ido a recoger el premio, pero la Academia con este gesto ha intentado acercarse de nuevo a una de sus grandes figuras. Pero lo mejor fueron las caras de sorpresa de los montadores de "Los Hombres que no Amaban a las Mujeres" de David Fincher, que no se podían esperar que una película que ha pasado sin pena ni gloria tanto por la taquilla mundial como para los académicos (junto a ellos, la otra nominación que tenía la floja película de Fincher era la de la actriz Rooney Mara en su papel de Lisbeth Salander) se alzara con el oscar a montaje, frente a los dos monstruos de la noche como eran Hugo o The Artist.
Y así, un año más finalizan los premios cinematográficos más mediáticos del año. Pero por lo menos y desde hace mucho tiempo (quizás desde el año 1993, cuando Spielberg ganó por La Lista de Schindler), han ganado quiénes se lo merecían. Y eso es un gran paso.
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