La Dama de Hierro de Phyllida Lloyd

La Dama de Hierro de Phyllida Lloyd (The Iron Lady, 2011).

Casualidades de la vida leo ahora mismo la noticia de que hoy han comenzado las tensiones, casi 30 años después, entre ingleses y argentinos por las Malvinas. Curioso, porque acabo de ver el biopic dedicado a la primera ministra británica Margaret Thatcher protagonizado por la en demasiadas ocasiones intensa Meryl Streep. En menos de una semana otro biopic, pero a diferencia del dirigido por Clint Eastwood y protagonizado por Leonardo DiCaprio, me ha gustado. Y mucho.

El nombre de su directora, británica para más señas, puede que no os suene de nada. A mi tampoco, aunque buscando en IMDB, descubro que es la directora de "Mamma Mía" comedia que arrasó en nuestro país en el verano de 2008 y que se impuso al "Caballero Oscuro" de Nolan y que no tuve la dicha de ver.

El biopic es un género difícil. O te quedas corto o te pasas de largo. La objetividad es difícil de encontrar, ya que los guionistas y directores son seres humanos con sus tendencias políticas. Por lo tanto es difícil contentar a todos. Pero siempre son atractivos, sobre todo si tratan de personajes tan importantes para nuestra historia reciente como Margaret Thatcher, líder polémica donde las haya y que tantos amores y odios consiguió en su Inglaterra natal.

A la película se la ha acusado de "amable". Pero creo que en ningún momento pasa por alto los graves problemas que atravesó la Inglaterra de Thatcher o el arribismo y ambición desmedida de la Dama de Hierro. Por supuesto que como espectadores empatizamos con ella en varios momentos del filme, sobre todo con su relación con su marido, sus hijos e incluso con sus deseos de arreglar una Inglaterra hecha pedazos por el paro, los disturbios sociales y el terrorismo del IRA. Pero en ningún momento la película deja de lado que Thatcher era una líder que ni pestañeaba si tenía que tomar una decisión cuanto menos moralmente discutible.

Esos matices los consigue Meryl Streep y su tremenda interpretación de tamaña figura contemporánea. Y yo no soy muy amigo de los frecuentes aspavientos y aires de diva de la galardonada intérprete. Pero aquí si que está de 10. También ayuda la enérgica dirección de Lloyd y la sabia idea de ir contando la historia a través de una anciana Thatcher con demencia senil y angustiada por la culpa. Todo esto hace que el ritmo de la película no decaiga en ningún momento y nos entregue un buen retrato de los largos años de mandato de una mujer que domino Gran Bretaña con mano de hierro.

En definitiva, una película más que correcta, con una intérprete sublime, una dirección y un guión atractivo y original en muchos momentos, pero siempre al servicio de la historia que nos están contando y un reparto de excelentes actores británicos como por ejemplo Jim Broadbent o Richard E. Grant, que entregan dos horas de digno e inteligente entretenimiento.