21 de enero de 2016

The Private Eye de Brian K. Vaughan: Una magistral distopía/utopía noir en un mundo post-digital






















De vez en cuando, pero muy de vez en cuando, llega a tus manos una obra que te devuelve de nuevo la ilusión de que todavía no está todo inventado, que hay autores capaces de reinventar géneros y fusionarlos para entregar una obra diferente a todo aquello que se publica. Igualmente, cuando creemos que todo está inventado en la narrativa gráfica, somos testigos de dos autores sin miedo que se atreven a realizar algo comercial y artísticamente que muchos considerarían un suicidio profesional.



Porque el salto al vacío que llevaron a cabo Brian K. Vaughan y Marcos Martín no se debería tomar a la ligera, porque han abierto un nuevo camino para todos aquellos autores que quieran autopublicarse y abrirse camino en el mercado. Por supuesto que Vaughan y Martín tenían ya el terreno abonado por méritos propios, pero lanzarse a la aventura de autoeditarse exclusivamente online y permitir que su obra fuera paladeada por todos los públicos y pagaran lo que ellos consideraran, incluso nada, solo puede denominarse de valientes.



La suerte, que entre manos tenían un tebeo excelente. Una distopía/utopía (dependerá de cada uno decidir si es una cosa u otra) basada en los preceptos del noir en una Los Ángeles futurista en una sociedad que bebe del pasado tras el filtrado de todos los secretos, sucios o no de una población que dependía de una "Nube" para almacenar sus vidas, da pie a una en apariencia investigación policial heredera de Chandler, McCain y demás autores noir, donde nada es lo que parece.



Porque Vaughan y Martín plantean una historia con todos los elementos claves del noir, pero que sirve de reflejo de nuestro presente, donde la privacidad y el ego por aparentar dentro de los medios sociales , han dado paso a una sociedad donde la privacidad es tal que las personas ocultan y disfrazan su identidad, ya que la privacidad que fue mancillada es lo más preciado de sus vidas.



Y que decir del arte de Marcos Martín, absolutamente impresionante en composición, ideado y pensado para leer de manera digital en nuestras tablets (hermosa ironía) y que en su traslado al medio físico es aún más bello, en un tebeo que lees con absoluta fruición pero que vuelves para atrás para disfrutar de cada una de las páginas y viñetas que gracias al talento de Marcos Martín cuentan mucho más de ese fascinante mundo ideado por Vaughan que una vez más demuestra su originalidad y efectividad.



La fastuosa edición que Image Comics ha realizado en formato apaisado y gran formato en tapa dura no se queda atrás, a la altura de la magna y fundamental obra editada. Un lujo como objeto de coleccionismo y que viene repleta de material extra que nos adentra en las mentes creativas de dos autores excelentes en absoluta sincronía y que desde ya se convierte en una obra fundamental e imprescindible para los amantes del noveno arte.

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