31 de marzo de 2010

Ex-Machina 8: Juego Sucio. Reseñas comiqueras de actualidad.


Ex-Machina 8: Juego Sucio de Brian K. Vaughan y Tony Harris (Ex-Machina 35 al 39 y Masquerade Special USA).

Nuevo tomo de la buena pero excesivamente valorada obra de Brian K. Vaughan. No me malinterpretéis, es una buena serie, pero creo que se ha sobredimensionado este cómic del prometedor Vaughan (su mejor obra es y sigue siendo Y: El Último Hombre, aunque flojeó un poco en su conclusión). La historia, una mezcla de superhéroes con el excelente manga de Kaui Kawaguchi, Eagle, que nos contaba el ascenso de un asiático-américano a la presidencia de Estados Unidos (visionaria obra tras la victoria de Obama, ya que esta fue publicada en los años 90), nos narra la historia de Mitchell Hundred, ex-superhéroe llamado La Gran Máquina (con la capacidad de comunicarse con todas las máquinas), que  tras salvar una de las dos torres del World Trade Center en el 11-S, acaba siendo el alcalde de Nueva York.



La serie equilibra con brío la historia pasada de Hundred como superhéroe y su llegada a la alcaldía, con el día a día de los problemas que afronta como alcalde de una ciudad tan importante como NYC. En esto último es donde más destaca la obra de Vaughan, presentando al lector un retrato bastante completo de las difíciles decisiones que se tiene que tomar al ostentar un cargo de ese tipo.

En este último tomo hasta la fecha, tenemos la historia principal que se desarrolla en  los números 36 al 39, que da título al tomo, donde Vaughan sigue analizando la reacción de la ciudad de Nueva York tras los atentados del 11-S con resultados brillantes (esa magnífica escena del ciego y su perro tras los escombros, demostrando el efecto devastador que tuvo el atentado), los peligros que provoca en personas inestables la aparición de seres superpoderosos convirtiéndose en fanáticos seguidores peligrosos, y atreverse en el país en el que están a criticar al presidente más impopular que ha tenido la historia de los Estados Unidos, el infame George W. Bush. Y lo hace de manera elegante, no criticándole por criticar, sino que planteando tanto las posturas a favor como en contra.



Ese es el mayor punto a favor de la serie. Siempre trata temas candentes para nuestra sociedad actual (el matrimonio homosexual, la iglesia, los gobiernos actuales y sus abusos de poder, el terrorismo), pero lo hace desde una postura nada demagoga, sino que expone todos los puntos de vista, sin sentar cátedra y dejando al lector que tome sus propias decisiones sin aleccionar. Como punto negativo, y es por lo que digo que me parece que la serie es buena, pero no una maravilla, las resoluciones de las historias a veces son un poco anticlimáticas.



A favor también, su dibujante, Tony Harris, elegante y limpio, que a lo mejor como único punto negativo sería el uso y abuso que tiene de usar fotografías humanas de referencia para sus personajes, lo que hace que el resultado final de sus páginas se resienta debido a un leve estatismo en sus imágenes.

Completan el tomo dos historias autoconclusivas, ambas dos relacionadas con el racismo, una buena y la otra insulsa. La buena, es el especial "Masquerade", dibujado por el excelente creador de atmósferas John Paul Leon, con una historia del pasado de La Gran Máquina ambientado en Halloween, y el número 35, que trata el tema de los esclavos negros que tampoco dice mucho.



En resumen, una buena obra, pero que le falta un "punch" para ser excepcional. Recomendable y diferente.

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