Northlanders Book One: Sven The Returned (Northlanders 1 al 8 USA).
Nueva serie de Vertigo, contemporánea a otras nuevas propuestas del sello como Air, Madame Xanadu o The House of Mistery, y de todas ellas la mejor. Serie que gustará a los seguidores de las aventuras de Conan, o más recientemente del famoso cómic de Frank Miller 300. Pero es mejor que ambos dos juntos. De Conan mejora los espesos y eternos textos de apoyo de los que usa y abusa el cómic del cimmerio, y la épica de 300 subrayada sobre todo por diálogos pomposos y de épica de baratillo, pasamos aquí a una épica no buscada, casi podríamos decir que es antiépica, ya que ninguno de los personajes que conocemos a lo largo de la obra llegan a la categoría de héroes, pero tampoco de villanos, son personas, unas mejor que otras, pero ninguna de ellas buena o mala del todo.
El mérito corresponde al guionista Brian Wood, autor de la famosa DMZ para el sello Vertigo, que a mí, tras leer el primer volumen no me convenció del todo, debido sobre todo a su excesiva frialdad y distanciamiento. Pero este distanciamiento es fundamental para narrar la historia que nos cuenta en Northlanders. La historia es sencilla, Sven un vikingo vuelve a su hogar para averiguar que su padre ha muerto a manos de su tío, y le ha arrebatado su herencia. Wood con su frialdad característica nos narra esta historia en la que no se juzgan los comportamientos de los personajes, solo se exponen, ya que es una época muy diferente a la nuestra donde los conceptos de bien y mal eran muy diferentes, lo más importante era sobrevivir.
La historia se lee con interés, está bien documentada, y en cada número vamos averiguando algo del pasado de nuestros personajes, sin dejar de hacer avanzar la historia. No falta ningún ingrediente esperado en el género de la fantasía heróica, aunque en el fondo Northlanders no se podría definir en el género fantástico, altas dosis de violencia, voluptuosas mujeres y sexo.
Para rematar, tenemos a los lápices al desconocido Davide Gianfelice, una grata sorpresa, con un estilo dinámico, estilizado y sucio al mismo tiempo, que es realzado por el magnífico color de Dave McCaig. El resultado final, un muy buen cómic, de lo mejorcito que ha publicado Vertigo en los últimos tiempos, y un soplo de aire fresco muy de agradecer. En definitiva, muy recomendable.
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