Uno de los grandes problemas que acarrean los tebeos de superhéroes en la actualidad, es lo complicado que lo tienen para alcanzar a las nuevas generaciones y sobre todo a los que se ha denominado "nativos digitales", es decir, los niños y adolescentes que han nacido y crecido con Internet como medio de comunicación y pasan horas y horas entre Facebook, Twitter, Instagram y demás redes sociales a su disposición. Los tebeos de este género han quedado relegados a treintañeros y cuarentones que seguimos enganchados a estos mundos de fantasía.
Y eso es debido a que muchas veces estas editoriales no han sabido hablarles de tu a tu a estas nuevas generaciones, con un lenguaje y unas historias que se aproximen a su forma de entender el mundo y lo que les rodea. Por eso, la existencia de este tebeo en la Marvel actual es una rara avis dentro de la editorial.
La encarnación actual de los Jóvenes Vengadores proviene de un tebeo de mediados de la década pasada, que fue mirado con recelo cuando se anunció su publicación, pero que en el momento de su aparición nos demostró que se podían seguir haciendo tebeos novedosos y con un punto diferente en el anquilosado mundillo superheróico. Sus autores, el guionista Allan Heinberg y el dibujante Jimmy Cheung, nos deleitaron con una maxiserie de 12 episodios y una continuación en forma de miniserie de 9 capítulos, La Cruzada de los Niños. ¿Pero había vida más allá de sus creadores originales?
La respuesta es un rotundo sí. Kieron Gillen, guionista irregular capaz de lo mejor y lo peor, junto al dibujante James McKelvie, autores ambos del inclasificable Phonogram editado bajo el sello Image, aúnan en un mismo tebeo problemas adolescentes y generacionales, una relación homosexual digna de elogio y que no tiene nada que envidiar al galardonado cómic europeo "El azul es un color cálido", rupturas de la cuarta pared, referencias a la alta y baja cultura pop y recursos estilísticos más propios de la Acme Novelty Library de Chris Ware, que de un tebeo de superhéroes al uso.
Un tebeo diferente, unos personajes que se salen de las páginas para convertirse casi en entes tridimensionales, un reflejo absoluto de lo que es y significa ser un superhéroe en una era donde los likes, los retweets y el prestigio social se mide a golpe de clicks. El primer tebeo de superhéroes de la era digital. ¿Os lo vais a perder?
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