Aunque en España esta colección es conocida como Salvaje Lobezno, hay que destacar algo que es importante para el lector. En la actualidad, y sin contar la magnífica Lobezno y los X-Men de Jason Aaron, hay dos colecciones protagonizadas por el famoso mutante de las garras adamantium, Lobezno y Salvaje Lobezno.
Salvaje Lobezno es una especie de Marvel Team Up como el que tiene y ha tenido Spiderman, dónde el trepamuros se junta con el resto del universo Marvel. Esta colección, de la que ya se ha publicado su primera saga de manos de Frank Cho, mejor dibujante que guionista, fue la primera de las dos series que publicó Panini en la colección de Lobezno con el inicio de Marvel Now. Posteriormente ha continuado con Lobezno de Paul Cornell e irá intercambiando series por arcos argumentales. Pero este Lobezno es donde se seguirá la historia principal (si realmente tiene una el personaje).
Paul Cornell tiene un trabajo muy complicado. Si el autor que sacó todo el partido a Logan fue Chris Claremont y posteriormente solo dos autores han sabido exprimir su potencial, Larry Hama y Jason Aaron. Cornell viene casi después de que Aaron realizara una etapa no perfecta, pero si muy interesante. Y uno se plantea, ¿qué más se puede contar sobre Lobezno que no se haya hecho?
Y Cornell no se complica, entregando una primera aventura repleta de acción, donde Logan tiene que perseguir al clásico alienígena que se introduce en el cuerpo de las personas (si habéis visto el clásico de culto de los 80, Hidden, os haréis una idea de por donde van los tiros), eso sí, acompañado por un peso pesado de la industria, Alan Davis, quizás el único estandarte que queda de los grandes dibujantes de los 80 y que siga entregando un trabajo de 10.
El problema es cuando Davis no puede entregar su trabajo y Marvel tiene que recurrir a dibujantes de banquillo. Ahí el tebeo se resiente y si se resiente, es porque los guiones de Cornell no son todo lo buenos que tienen que ser. No le voy a quitar el mérito a Cornell en algunos aspectos, como el genial reparto de secundarios que ha introducido, como buen inglés, dentro de un pub al que acude habitualmente Logan en Nueva York. Pero la sensación que deja la lectura de estos seis primeros números es de bueno, pero no mata. Habrá que esperar a que el inglés nos entrega su nueva saga, donde Logan se encuentra en una situación parecida a la que vimos en Lobezno Inmortal, para ver si este Lobezno merece que le guardemos un sitio en la estantería.
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