Legión de Scott Stewart. Reseña de actualidad.

Legión de Scott Stewart (Legion, 2010).

Legión, estrenada con casi seis meses de retraso de su estreno americano (parece que las distribuidoras en nuestro país incitan al aficionado a descargar las películas de la red) y precedida por una escasa recepción crítica y de público en su país (en España lleva dos semanas estrenada y ha pasado completamente desapercibida), es una serie B que en otros tiempos (los años 80) habría sido pasto de videoclub e incluso habría tenido sus seguidores, que se inspira en múltiples clásicos contemporáneos del género de terror y la ciencia ficción (sobre todo los dos Terminator de Cameron y la saga Evil Dead de Sam Raimi) y de los cómics (en general la línea Vertigo de DC, y en particular del Predicador de Garth Ennis y del Sandman de Gaiman) y por supuesto del maestro Stephen King.

No es una película para criticar duramente, ya que ella misma se sabe un remedo de mil y una películas y géneros, apoyada por dos actores relativamente famosos (Paul Bettany y Dennis Quaid, ambos dos jóvenes promesas cada una en su época, pero que no han tenido suerte) y un reparto de ilustres desconocidos. El desconocido Scott Stewart ofrece unos primeros 40 minutos que se ven con agrado, pero a partir de ahí no sabe que más contar, entregándonos 50 minutos más sin demasiado interés, y un final que roza el ridículo ( solo ver a Kevin Durand, Keamy de Lost, haciendo de ángel Gabriel, alas incluídas, no tiene precio).

Del conjunto global, destacaría dos escenas en particular. Una de ellas sería la aparición de la anciana demoníaca/angelical en la cafetería (la mejor escena de la película) y la espectral aparición del camión de helados.

En definitiva, serie B de la de verdad, simpática y olvidable, pero mucho más honesta que pretendidas superproducciones veraniegas que se creen más (o eso nos intentan colar) de lo que realmente son.