Valor de Ley de Joel y Ethan Coen (True Grit, 2010).
El nuevo trabajo de los hermanos Coen, remake del western que le consiguió a John Wayne un Oscar en 1969, es un western en apariencia clásico que esconde el mejor trabajo de los hermanos, desde "Muerte entre las Flores" en 1990.
La historia de venganza de una niña de 14 años contra el asesino de su padre, ayudada por un viejo Marshall borracho, en manos de otros autores se podría haber convertido en una obra de lo más convencional. En manos de los Coen, vuelven a darle un giro al género, convirtiéndose en un western anti-épico.
El gran acierto del filme es su magnífico reparto, brillando con luz propia Hailee Steinfeld en el papel de la niña Mattie Ross, nominada injustamente este año a actriz secundaria y no a actriz principal, cuando su personaje es el verdadero protagonista del filme, aquel que narra al espectador la historia y los ojos de la misma. El otro gran personaje de la película es el de Jeff Bridges. Su Rooster Cougburn se suma a la gran lista de antihéroes del universo Coen, dándole otra interpretación legendaria al gran Bridges. Matt Damon hace una buena interpretación, pero las idas y venidas de su personaje dentro de la trama, no consiguen que el público conecte con su personaje, tanto como con la relación paterno-filial entre Bridges y Steinfeld.
Si tuviera que ponerle un fallo a este western atípico, sería la lentitud de su segundo acto, defecto común en la filmografía de los Coen. Valor de Ley tiene un primer acto excelente y un tercer acto intenso y emotivo. Pero el segundo acto es excesivamente monótono y largo, que aunque profundiza en la relación entre Mattie y Cougburn, llega un punto en el que se hace algo pesada por unas escenas alargadas artificialmente y un tempo algo distendido.
Pero son leves errores en una película más que correcta, el mejor trabajo de los Coen de los últimos 20 años y una excelente elección si queréis ir al cine.
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