The Fighter de David O. Russell (2010).
Este fin de semana ha llegado a las carteleras españolas otra de las diez candidatas a mejor película del año en los Oscars que se celebrarán el día 27 de febrero. La película viene precedida por la asombrosa caracterización e interpretación de un Christian Bale irreconocible que se merece todos los premios habidos y por haber. Pero la película es otro cantar.
La historia de "The Fighter" está basada en la historia real de dos hermanos Dicky Edlund (Christian Bale) y Mickey Ward (Mark Walhberg), ambos boxeadores. El primero, un boxeador retirado que tuvo su momento de gloria, pero que malvive debido a su adicción al crack, y el segundo, un boxeador prometedor que idolatraba a su hermano, un ídolo caído y que no consigue despegar por una familia, auténtica "white trash" americana, que le lastra.
La primera hora del largometraje sorprende por la enérgica dirección de David O. Russell (Tres Reyes), consiguiendo que un material pasto de telefilme se convierta en un filme de ritmo vertiginoso, que trata la cara oculta del sueño americano y los problemas familiares, aderezado con combates de boxeo, que en algunos momentos nos puede recordar a Martin Scorsese y una de sus obras míticas, "Toro Salvaje".
Los problemas se encuentran en su segunda mitad, sobre todo en su tercio final, cuando la historia se acelera de manera brusca y los conflictos de los personajes que pueblan la obra se precipitan, convirtiéndola en el telefilme de sobremesa de superación personal y la familia unida jamás será vencida que nunca debió ser.
Por supuesto, el filme merece ser visto por el papelón que realiza Christian Bale, demostrando sus habilidades actorales y su amplia variedad de registros. Mark Wahlberg, Amy Adams (la primera película en la que su personaje no es odioso) y sobre todo Melissa Leo en el papel de Alicia Ward en el papel de la madre de ambos hermanos, están más que bien.
Un filme correcto, que se deja ver, pero que cae en los tópicos del melodrama barato, dilapidando los muchos aciertos de su prometedor arranque.
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