Cisne Negro de Darren Aronofsky. Reseña de actualidad

Cisne Negro de Darren Aronofsky (Black Swan, 2010).

Boquiabierto y en estado de shock me ha dejado la nueva y mejor película de uno de los mejores directores de los últimos años. Una obra sorprendente y terrorífica, intensa y crispada que te deja pegado a la butaca.

Aronofsky, experto en la desolación humana, nos narra el proceso de autodestrucción de una bailarina de ballet, en un largometraje que mezcla y mejora obras precedentes como "Perfect Blue" de Satoshi Kon, "Repulsión" de Polanski y el "giallo" italiano.

Los reflejos, los desdoblamientos, las represiones, los miedos, la sombra de los padres o la homosexualidad latente son muchos de los temas que Aronofsky trata en escasos 105 minutos de metraje, apoyado en la interpretación sobrenatural de Natalie Portman, en el papel de su vida, con un personaje que lleva todo el metraje y que el espectador ve a través de sus ojos. Portman, merecedora de todos los premios habidos y por haber, con una variedad de registros que demuestran que es la mejor interprete femenina de su generación, comparte el metraje con otros grandes actores como Vincent Cassell, Winona Ryder, Barbara Hershey y la desconocida Mila Kunis, revelación del filme.

Filme que navega entre la realidad fantaseada y la fantasía real, puede muy bien ser una de las obras más negras pero más subyugantes de los últimos años, un tour de force narrativo, repleto de imágenes para el recuerdo que culmina con un final trágico y épico que permanecerá en la mente de los espectadores por mucho tiempo.

No hay que olvidar el trabajo musical del compositor habitual de Aronofsky, Clint Mansell, que nuevamente entrega otro magnífico "score", basado en el Lago de los Cisnes, pero con un punto retorcido.

Una obra maestra sin paliativos, nueva demostración de que Aronofsky es un genio absoluto del séptimo arte y que con cada obra va mejorando cada vez más. Esperemos que este no sea su canto del cisne y siga entregándonos trabajos tan redondos como este.