Deadpool Max: Nut Job de David Lapham y Kyle Baker (Deadpool Max 1 al 6 USA).
Que David Lapham es un guionista y autor completo fuera de serie es un hecho. Balas Perdidas, Mátame, Silverfish o Young Liars son un buen ejemplo de su buen hacer. La obra de Kyle Baker habla por si sola. Desde su La Sombra con Andy Helfer, a novelas gráficas y especiales para el sello Vertigo como You are Here, Moriré a Medianoche o su etapa al frente de Plastic Man, le hacen merecedor de estar entre uno de los mejores, más originales y diferentes autores de los últimos 20 años.
Pero cuando vi el anuncio de que ambos autores iban a realizar una colección en el sello Max, la línea Vertigo del universo Marvel, con el mercenario mutante y bocazas de los mutantes Masacre, pensé que a lo mejor solo sería un trabajo alimenticio de ambos autores para sanear sus cuentas corrientes. Y no podía estar más equivocado.
Porque Deadpool: Max, en sus seis primeros números, es la mejor, más irreverente, original, sanguinaria y sexual obra que Marvel Cómics ha publicado desde que apareciera Elektra Assasin de Frank Miller y Bill Sienkiewicz en el año 1986 bajo el sello Epic Comics, el abuelo de las líneas Vertigo y Max.
Y la referencia no es casual, porque este Masacre debe y tiene mucho de esa bomba terrorista que fue para el mundo del cómic el tebeo anteriormente mencionado. Lapham y Baker, en una de esas uniones entre guionista y dibujante que alcanzan la perfección plástica, donde no se sabe donde empieza la labor de uno y acaba la del otro, es un petardazo en toda regla a las convenciones sociales, lo políticamente correcto, el uso de la violencia y el sexo y tratar temas tabú como el incesto, el racismo en la figura del KKK, las perversiones sexuales y las operaciones encubiertas del gobierno americano, y un tebeo inigualable en su mezcla de diversión descerebrada y tebeo inteligente donde los haya.
Lapham y Baker toman como referencia el universo Marvel y el entorno en el que se ha movido siempre Masacre, para convertirlo en algo personal e intransferible, utilizando personajes tan manidos y utilizados como Cable, Domino (aquí una enfermera ninfómana enganchada a Wade Wilson), Hidra (producto de la imaginación de Wade o no, en uno de los recursos argumentales mejor llevados dentro de la colección) y sobre todo el Barón Zemo de este peculiar universo, que en esta versión es un niño perteneciente a la "White Trash" más arrastrada de la sociedad americana, que se convierte en el líder de una secta a lo KKK en el quizás (el nivel es altísimo) mejor episodio que contiene este primer tomo.
Baker mezcla con habilidad su estilo cartoony, con ese toque más abstracto y experimental de su primera época, sobre todo sus trabajos con el guionista Andy Helfer, como Justice Inc. y su etapa en La Sombra, dándole al tebeo un apartado gráfico excepcional y muy diferente a lo que nos tiene acostumbrado el mainstream americano.
Por lo que este Masacre del sello Max es una de esas alegrías que de vez en cuando nos llevamos los fans veteranos, un tebeo que mira de frente a aquellos agoreros que cada dos por tres pronostican apocalípticos, tendenciosos y pesimistas comentarios acerca del futuro del cómic americano en su vertiente más comercial. Este tebeo es una buena prueba de que el mercado sigue estando en magnífica forma. El mejor tebeo que he leído en lo que llevo de año. Imprescindible edición de Panini en nuestro país. La espera hasta la publicación del segundo volumen recopilatorio en diciembre de este año se me va a hacer eterna.
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