Zatanna vol.2: Shades of the Past de Paul Dini, Cliff Chiang, Stephane Roux y VV.AA. (Zatanna 7 al 16 USA).
Si la DC actual ha maltratado a alguno de sus grandes autores, ese es Paul Dini. El artífice, junto a Bruce Timm de la genial serie de animación de Batman de los años 90, enamorado del universo superheróico más antiguo y uno de los guionistas más capacitados de la editorial, ha sido ninguneado en sus últimos trabajos.
Le ocurrió con Batman. Primero en su etapa en Detective Comics, donde pasó de tener a J.H. Williams como dibujante, para luego tener dibujantes francamente mediocres como Don Kramer, números de relleno por doquier, que cortaban sus historias y arcos narrativos por la mitad, hasta que pareció estabilizarse la cosa cuando le juntaron con un artista a la altura de sus historias, Dustin Nguyen. Pero la estrella de la línea Batman era Grant Morrison, por lo que la muerte de Bruce Wayne hizo que la etapa de Dini fuera cortada de raíz.
Pero mientras Wayne viajaba por el espacio-tiempo, DC le dio a Dini y Nguyen colección propia, "Batman Streets of Gotham", la cual pasó bastante desapercibida, pero donde Dini estaba en su salsa y nos entregó algunas de las mejores historias de Batman de los últimos años. Por supuesto, su colección se vio interrumpida por autores invitados y demás, hasta que de la noche a la mañana cancelaron su colección en el número 21.
Esto viene a colación, porque algo parecido le ha pasado en su colección de Zatanna. El primer volumen, de la mano de Dini y el dibujo de un prometedor artista como Stephane Roux, me pareció un tebeo más que correcto, con una protagonista atractiva y con un potencial por explotar, casi una Hulka en manos de John Byrne, una interesante némesis y un reparto de secundarios atractivo. Y el primer volumen era una lectura francamente disfrutable.
Llegamos al segundo y último volumen de una serie que se canceló en el número 16 debido a la llegada del reinicio deceero que todos conocéis. El primer número incluído, el siete, es un número de relleno, guionizado por Adam Beechen y dibujado por un tal Chad Hardin. Un número del montón, poca cosa, pero bueno dices, todas las series tienen un fill-in.
Y eso parece, porque los cuatro números siguientes son una delicia. Sobre todo los tres primeros (8 al 10) porque están dibujados por Cliff Chiang. El cuarto está dibujado por el mediocre Jamal Igel. Pero la historia de Dini de la venganza de una marioneta proveniente del pasado de Zatanna es lo mejor de la efímera colección. Las páginas de Chiang son tan buenas que dan ganas de mirarlas y remirarlas, deleitándote con cada viñeta.
Nos encontramos en el ecuador del tomo. Con un sabor de boca inmejorable, con la pena de que solo quedan cinco ejemplares, pero con la esperanza de que por lo menos quedan cinco números para disfrutar como con estos cuatro anteriores. Y no es así.
El número 12 es un ejemplar de mayor extensión, celebrando el primer año de la colección y en el que Dini se vuelve a tomar un descanso. Su sustituto es Mathew Sturges, guionista de trabajos de la línea Vertigo tan poco destacados como House of Mistery o su aburrido spin-off de Fábulas, Jack of Fables. El punto positivo, que el dibujante es un viejo conocido de la colección y que realiza un buen trabajo, Stephane Roux. La historia, poca cosa, pero se deja leer. De complemento, una breve pero divertida historia de la infancia de Zatanna y sus problemas con la ortodoncia que te deja una sonrisa en los labios. Parece que no hay motivos para alarmarse.
Ya estamos en el número 13 que como toda la colección está adornada con una bella portada del gran Adam Hughes. En este número volvemos a la historia principal y Dini está de nuevo como capitán del barco. Lo malo, que dibuja Jamal Igle. Lo bueno, que la trama del Hermano Noche, el archienemigo de Zatanna en el primer volumen de la colección se sigue desarrollando poco a poco, hasta que en este número estalla y tiene como consecuencia una revelación trascendental para uno de los secundarios de la colección, el Detective Colton. Misterios y enigmas se superponen en este número, el primero del supuesto segundo año de la colección y que promete ser muy interesante viendo lo planteado por Dini en este ejemplar.
Y aquí está el problema. Los siguientes números de la colección hasta su finalización, del 14 al 16, ya no son de Dini. No se si fue despedido o mandó a tomar por culo a DC viendo que una tras otra de sus colecciones eran canceladas sin ningún tipo de respeto hacia su magnífico trabajo. En su lugar, tenemos en los guiones al principal fill-in de la colección, Adam Beechen, a Derek Fridolfs y como punto positivo, a Victor Ibañez como dibujante en el último número de la colección. Pero de la trama abierta por Dini en el número 13 nada de nada. En su lugar, tres historias autoconclusivas que no valen para nada.
Y así llegamos al final del volumen de la colección. Con indignación por ser estafados por una editorial que no cuida y valora a buenos y profesionales autores como Dini. Y por supuesto menos a sus lectores. Porque Zatanna era una buena colección, que iba creciendo poco a poco, número a número. Casi un poco como pasaba con la Hulka de Byrne u obras de Peter David como Capitán Marvel. Tebeos que no son grandes superventas, pero que son notables aportaciones que el paso de los años hace que se valoren más y sean recordadas por el aficionado con una sonrisa nostálgica. Pero DC se la cargó, al igual que muchas otras como el Madame Xanadu de Wagner. Todo para comenzar su nuevo universo, superventas, con colecciones interesantes, pero que habrá que ver cual es su fecha de extinción.
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