Green Lantern de Martin Campbell (2011).
Tras un retraso de un mes y medio entre su estreno americano y su estreno en España, llega una de las cuatro adaptaciones superheróicas que Hollywood tenía preparadas para el verano del 2011. De todas ellas, la que peor recibimiento crítico y comercial había sido este Green Lantern de DC Comics y una vez vista, no puedo dar más que la razón.
Que el director de esta nueva franquicia cinematográfica fuera Martin Campbell, director de la divertida "La Máscara del Zorro" y el mejor Bond hasta la fecha, "Casino Royale" era una garantía de calidad. Pero visto el resultado solo se pueden sacar dos conclusiones. La primera, que Campbell poco ha tenido que ver con el montaje final del filme, o que la ha hecho con pocas no, poquísimas ganas.
El prólogo de la película no puede ser más esperanzador, con una escena de suspense, donde nos presentan al villano del filme, Parallax, conocido por los lectores de cómics por ser la maligna entidad que poseyó a Hal Jordan poco antes de su muerte en los años 90. Tras esto, nos presentan a nuestro protagonista, interpretado con poca convicción por Ryan Reynolds, que tampoco puede hacer mucho con un guión de derribo.
Porque es una pena que con un material tan jugoso como es el universo de Green Lantern, que habría servido perfectamente para comenzar una epopeya de ciencia ficción de las que hacen época, se haya hecho una película que está a la bajura de desastres como las dos entregas de "Los 4 Fantásticos" o "Daredevil". La película no tiene nada que ofrecer a sus espectadores, en una historia en la que todo ocurre precipitadamente (el entrenamiento de Hal Jordan dura escasos cinco minutos), y el espectador no curtido en las historias del personaje no sabrá, ni entenderá, ni le importará quienes son esa guardia galáctica, o los enanos azules con largas túnicas. Porque la parte más importante, que es el mundo de Oa, los Green Lantern Corps, Sinestro (interpretado magistralmente por Mark Strong) y Los Guardianes del Universo), se despacha de manera harto precipitada, para centrarse en el aburridísimo elenco de personajes secundarios que rodean a Jordan en la tierra.
La trama central es un despropósito. Hal Jordan cambia de opinión de escena a escena, de plano a plano, queriendo ser Green Lantern porque sí y queriendo dejar de serlo también porque sí. Su interés amoroso, Carol Ferris, interpretado por la Gossip Girl Blake Lively, comienza bien, fiel al cómic, siendo una mujer de armas de tomar y gran personalidad, a pasar a ser un mueble a partir del momento que descubre que Jordan es Green Lantern. Los dos villanos de la función, Hector Hammond y la entidad Paralax, no están bien desarrolladas y su sensación de amenaza es nula a lo largo de todo el metraje. Como muestra, el horrible clímax final de la película, que dura escasos cinco minutos y se despacha de una manera muy tonta.
Para finalizar, decir que me asombra que se contrate a actores con tablas y veteranos como Tim Robbins o Angela Basset para que no hagan absolutamente nada, y luego se pierda tiempo del escaso metraje de la película (no llega a las dos horas, y si se me apura a la hora y tres cuartos) con un pretendido contrapunto cómico, como es el amigo de Hal Jordan, o la escena familiar de Jordan con su sobrino, que no aporta nada a la trama.
Oportunidad perdida de DC Comics de ampliar su universo cinematográfico y una de las razones por las que el público general empiece a cansarse de adaptaciones del cómic, si son de tan baja calidad como la película que nos ocupa.
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