X-Men 5 de Victor Gischler y Paco Medina (X-Men vol. 2, 5 USA).
Llegamos al penúltimo capítulo de "La Maldición de los Mutantes", la saga que ha enfrentado de nuevo a las cohortes de Drácula con los mutantes de la escuela del Profesor Xavier. Un número repleto de acción, y donde se empiezan a plantar las semillas de la Civil War del universo mutante, "Cisma" de próxima aparición, en la conversación/discusión que entablan un vampirizado Lobezno y Cíclope, que aunque bajo el influjo de los vampiros, dice verdades como puños.
Astonishing X-Men 17 de Warren Ellis y Kaare Andrews (Astonishing X-Men Xenogenesis 5 USA).
Final de Xenogénesis y final de la irregular etapa de Warren Ellis al frente de la colección mutante que se originó para dar un hogar al trabajo de Joss Whedon al frente de los hijos del átomo. Un número que sirve como resumen de lo que ha sido el trabajo de Ellis al frente de la serie: algunas buenas ideas, desarrollo confuso y poco adictivo y unos personajes que más que los mutantes creados por Claremont, son réplicas de los protagonistas de obras mucho más acertadas de Ellis como "Planetary" o "The Authority". Pero Ellis es mucho Ellis, incluso en sus peores trabajos y aquí nos deja un final agrio, inteligente y políticamente incorrecto, poco habitual en un tebeo tan mainstream como la Patrulla X.
Lobezno 3 de Jason Aaron y Renato Guedes (Wolverine vol.4, 3 USA).
Tercer número de la irregular nueva serie de Lobezno, en la segunda etapa de uno de los mejores guionistas que ha dado el cómic americano en los últimos años, Jason Aaron. Irregular, porque esta aventura de Lobezno en el infierno tiene sus momentos altos y bajos. Los altos se encuentran en la trama que transcurre en el mundo real, con su grupo de amigos y colaboradores siendo perseguidos y asesinados y los intentos de su novia y Mística de traerlo del reino de Lucifer. Los puntos bajos, todas las escenas de Lobezno en un infierno que parece más el recreado por McFarlane en Spawn o el de una portada de un disco de heavy metal, que las visiones más lúcidas, elegantes e inteligentes recreadas por Alan Moore y Neil Gaiman en La Cosa del Pantano y Sandman. Para rematar, el arte fuera de lugar de Renato Guedes, empeorado por el horrible color de Matt Wilson.
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