Demo 2 de Brian Wood y Becky Cloonan. Reseña comiquera de actualidad

Demo 2 de Brian Wood y Becky Cloonan (Demo vol. 2, 1 al 6 USA).

Si ayer hablaba de una serie y un autor de última hornada para el sello Vertigo y el cómic americano en general, hoy toca otro autor con pocos años en el sector, pero que se ha hecho un nombre en el mercado, gracias a títulos como DMZ, Northlanders o este Demo que nos ocupa.

En las dos series regulares que Wood escribe para Vertigo, para mi ha dado una de cal y otra de arena. Me costó horrores terminarme el primer volumen de DMZ, y en cambio su Northlanders me parece en líneas generales un tebeo muy interesante. Pero su mejor obra hasta el momento es esta antología llamada Demo, de la que este es su segundo volumen.

Demo tiene un concepto común, historias de jóvenes aislados de la sociedad, debido a diferentes habilidades únicas que les diferencian del resto de seres humanos. En el fondo, y para resumirlo de una manera más concisa: los mutantes de los X-Men, pasados por el prisma del cómic americano independiente, cuyo máximo exponente podría ser Adrian Tomine.

Este autor no es elegido de forma casual, porque tanto el tipo de historias que cuenta Wood, una pequeña porción de las vidas de unos personajes en las que muchas veces no tenemos una conclusión definitiva, hasta el estilo gráfico y el uso del blanco y negro, gracias a una excepcional Becky Cloonan, que sigue la escuela de Paul Pope, nos pueden hacer recordar los magistrales y nihilistas tebeos de Tomine.

Este volumen recopilatorio de la segunda serie de Demo, conocemos la vida, habilidades y problemas de seis personajes diferentes que van desde una adolescente homosexual que tiene que lidiar con su habilidad de viajar en el espacio-tiempo y un padre autoritario con visos de abusos sexuales, a una pareja de hermanos que se aman y repelen al mismo tiempo, que pueden recordar a los famosos mutantes Mercurio y Bruja Escarlata del universo Marvel.

Wood demuestra una habilidad incontestable para interesar al lector con la vida de unos personajes que se plasma en unas meras 22 páginas, con historias pesimistas, que llegan al corazón y que en algunas de ellas el autor les permite un halo de esperanza, o al menos de realización personal, a unos personajes que viven al borde del abismo, pero que por lo menos se atreven a enfrentarse a él.