Predators de Nimród Antal. Reseña de actualidad.

Predators de Nimród Antal (2010).

Somos idiotas. La generación que creció en los años 80 y que ahora somos adultos entrados en la treintena, seguimos idolatrando nuestra década y los iconos que se crearon en ella. Porque en los años 80 hubo cine bueno, malo y peor, pero de lo que no cabe duda es que en esa década se crearon mitos y personajes que han perdurado y se han convertido en parte de la cultura popular. Desde Rocky a Rambo, de Terminator a Robocop, de Los Goonies a Gremlins o Marty McFly, de Freddy Krueger a Jason, de Indiana Jones a Star Wars y de Aliens a Predator. Todas esas películas, buenas o malas, unas mejores otras peores, demostraron que los 80 puede que no fuera la mejor década del cine o que en ella aparecieran directores revolucionarios que cambiaran el lenguaje del medio, pero lo que si está claro es que por lo menos, se crearon cosas nuevas. El problema, es que por una nostalgia mal entendida, caemos una y otra vez en estos revivals, remakes, que Hollywood nos entrega en serie y pasamos por caja, en vez de huir como si de la peste se tratase.

Y llegamos al año 2010, en concreto al verano, ¿y que nos ofrece la cartelera aparte de la nueva adaptación de un cómic de superhéroes, la enésima adaptación de un videojuego o la secuela de una película basada en una serie de televisión actual? Los mil y un revival de los 80. El Equipo A, Karate Kid, la infame Pesadilla en Elm Street el Origen y la nueva Predators, nueva secuela de la genial Predator de Mctiernan en 1987 y que deparó una más que estimable secuela en 1990, vapuleada por crítica y público y dos engendros que los unían con los Aliens que es mejor dejar en el olvido.

La nueva secuela, dirigida de manera impersonal por el desconocido Nimród Antal y producida por Robert Rodríguez es un nuevo ejemplo de la ineficiencia del nuevo Hollywood, incapaz de hacer algo medianamente original (Origen es la excepción y Nolan la salvación).

Este Predators en plural, intento ya en el título, de asemejarse (sin conseguirlo ni de lejos) a la obra maestra de James Cameron, Aliens, es un refrito de múltiples películas de género, series de televisión actuales y por supuesto del clásico de McTiernan.

La película en un principio parece Lost, donde nos presentan a un grupo de personajes absolutamente insípidos, estereotipados hasta la médula, perdidos en un planeta perdido y a los que quieren dar caza los Predators. El director y sus guionistas, que parecen tontos, alargan durante una hora la aparición de los Predators e intentan dar suspense a algo que funcionaba en el original, porque era original. El espectador que va a ver este largometraje es el fan que vio las anteriores, por lo que el suspense con el que jugaba McTiernan en el Predator original, ya no tiene ningún sentido aquí, ya que aquí, al contrario que en el original, sabes qué y cómo es la criatura.

Por lo que la película empieza como Lost, luego copia de manera descarada (algunos lo llamaran homenaje o guiño) al Predator original, escenas y frases calcadas, para luego atropellarse en su tercio final, siendo una mezcla y parodia del Alien de Scott (la nave donde se resguarda Fishburne, idéntica a la nave diseñada por Giger) el Aliens de Cameron (esos túneles y esa inmolación) para luego copiar de nuevo el final del Predator original, intentando comparar a un risible Adrien Brody anabolizado con la bestia parda de Schwarzeneger, unido todo esto por un guión que parece escrito por un niño de 12 años o fanboys con necesidad de buscarse una vida. 

En definitiva, películas como esta, hace que la gente se baje las películas de Internet. Por supuesto, de los actores ni hablo, porque poco pueden hacer con el pobre material con el que trabajan y de los Depredaperros.....corremos un tupido velo.