Balada Triste de Trompeta de Alex de la Iglesia (2010).
Es difícil analizar o explicar la sensación que provoca este nuevo trabajo del director de "El Día de la Bestia", es tal el torrente de sensaciones que deja el filme tras su visionado. La primera impresión que deja, es que a De la Iglesia le ha salido una película desde las vísceras, no del cerebro.
Si pudiera buscar un símil cinematográfico a esta nueva propuesta, la primera película que podría venírseme a la cabeza sería "Inland Empire" de David Lynch, aunque ambos filmes no tengan nada que ver el uno con el otro. El director vasco ha acometido su obra más radical, extravagante y difícil en sus ya casi 20 años de carrera. Un largometraje que se lo pone muy difícil a un espectador acomodado y acostumbrado a un tipo de cine inocente y nocivo.
Mucho se ha hablado de la carga salvaje y violenta de muchos momentos del largo, pero tras ese despliegue de violencia visual, nos encontramos con un componente violento que subyace bajo la superficie de cada uno de sus fotogramas y es una violencia y un pesimismo interno que acompaña a su director, los personajes y la obra, que por supuesto recibe el espectador.
De la Iglesia, ambicioso como el que más, retrata un fresco histórico que comienza en la guerra civil española y culmina en el tardofranquismo, con el asesinato de Carrero Blanco. 35 años de historia española, que condensa en 105 minutos de metraje, mezclando cine bélico, el mundo del circo con su claro homenaje al clásico "Freaks" de Tod Browning, con esa extraña familia disfuncional que es el elenco del grupo circense, con el gore y violencia más extrema salida del cine oriental de Takashi Mikee, o propuestas tan salvajes como "A'l Interieur", "Martyrs" o "Irreversible" provenientes de Francia.
El triángulo amoroso, viciado y condenado que sostiene la trama, se complementa con una visión negra no, negrísima de los traumas provocados por la guerra civil, un conflicto que creo monstruos, encuadrado todo en un Madrid de pesadilla, cuyo centro e imagen del mal es ese tenebroso Valle de los Caídos, que se erige como puerta del infierno tanto externo como interno para los protagonistas de nuestra obra, en clara alusión a esas infernales Torres Kio del clímax de "El Día de la Bestia".
Alex de la Iglesia demuestra de nuevo que es el mejor director vivo del panorama patrio, con una ambición y un oficio que solo tienen los genios. Desde el fascinante prólogo inicial, o la escena que sirve como punto de giro a la historia, de una violencia inusitada, o el castigo autoinfligido por un Carlos Areces sorprendente como actor de múltiples registros en una "tour de force" actoral que raya lo excelente, hasta un clímax final absolutamente épico y bello.
Pero si su labor como director consigue la excelencia, no se puede decir lo mismo de su guión. A partir del punto de giro de la historia, que por supuesto no voy a desvelar y hasta su excelente final, la película se acelera, se convierte en muchas películas en una y de la Iglesia no deja respirar su película, lo que provoca unas cuantas escenas atropelladas y un desarrollo de los acontecimientos, que en algunos momentos exceden la credibilidad de una historia y unos personajes ya de por si excesivos.
El reparto está a la altura de las circunstancias. Su trío protagonista está espléndido, desde el ya mencionado Carlos Areces, a un Antonio de la Torre escalofriante y la nueva musa del director, Carolina Bang, perfecta como objeto de deseo y motivo de la perdición de los personajes. Del amplio cast de secundarios de lujo, destacar para lo bueno a un inmenso Fernando Guillén Cuervo en su breve pero intenso papel, y para lo malo al "amiguete" Santiago Segura, que vuelve a demostrar sus limitaciones como actor.
En definitiva, una película irregular pero apasionante y diferente. Una bocanada de aire fresco dentro de un panorama cinematográfico desierto de propuestas que se salgan de la norma y la demostración de que Alex de la Iglesia ha vuelto con más fuerza que nunca y las pilas bien cargadas, con un filme que no dejará a nadie indiferente y que muy posiblemente se convierta en pieza de culto con el paso del tiempo.
me ha encantado la reseña!
ResponderEliminara mi la peli me ha dejado "con el culo torcio"...
Una gran reseña, veo que la musa te inspiró.
ResponderEliminarNo puedo añadir nada, sólo reseñar que efectivamente creo que se convertirá en pieza de culto, con todo lo bueno y lo malo que eso conlleva, es decir creo que todo el mundo saldrá del cine con "el culo torcio" como dice Marta, a unos les acabará flipando y a otros muchos todo lo contrario.
Si la gente escuchara la canción de Raphael antes de ir a ver la peli, quizás se lo pensara dos veces, o quizás es una buena forma de calentar antes del partido. LAAAAAAAALALALALALALAAAALALALALAAAAAAAAAA
la canción: http://www.youtube.com/watch?v=Ipi9pFoIMS0
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