El Origen del Planeta de los Simios de Rupert Wyatt. Reseña de actualidad

El Origen del Planeta de los Simios de Rupert Wyatt (Rise of the Planet of the Apes, 2011).

Quién me iba a decir que una precuela de un material tan sobado y manido, y cuyo mayor aliciente promocional era que sus efectos visuales estaban realizados por Weta, podía convertirse en la película sorpresa del verano de 2011.

Porque eso es lo que es esta nueva vuelta de tuerca del clásico de 1968, una sorpresa mayúscula. Una película emocionante que como todo buen relato de ciencia ficción hace que el espectador se plantee preguntas y a su vez al llegar a las respuestas, no le guste lo que se encuentra.

En menos de dos horas, el desconocido Rupert Wyatt, se convierte en un talento a seguir y por varias razones. La primera y más importante es por darle un corazón al filme, una historia que sobre todo en su primera hora encogerá al espectador en varias escenas y hará que se enamore de una nueva criatura digital que vuelve a ser un paso de gigante en materia de efectos visuales, Cesar, el simio evolucionado mediante la ciencia para poder solucionar la cura del Alzheimer y que será el detonante de un enfrentamiento entre humanos y simios.

Cesar es el alma del filme y su verdadera estrella, interpretado por Andy Serkis, el rey del motion capture y que aquí vuelve a demostrar su valía para dotar de humanidad y sentimientos a un personaje repleto de matices y que pasa por todo el espectro emocional, de la inocencia y la felicidad, a la amargura y la desolación. El viaje de Cesar es el viaje del espectador, ya que en esta película, los humanos, interpretados con convicción por James Franco, Freida Pinto y John Lithgow son meros comparsas de Cesar y su cohorte de simios, explotados y menospreciados por la humanidad y que consiguen que el espectador entienda y se ponga de su parte, cambiando la percepción de toda la saga cinematográfica.

Wyatt dirige con pulso firme el largometraje, sobre todo en una primera hora digna de elogio, donde el ritmo es constante, no sobra ni falta una escena, y contiene algunas de las mejores elipsis y transiciones en el tiempo que he visto últimamente en la pantalla grande. En honor a la verdad, debo decir que quizá el devenir de los acontecimientos en la última parte del largometraje se precipitan en demasía, y que algunos de los aspectos planteados en la primera hora de metraje no se desarrollan como a mi me gustaría que se hubiesen desarrollado, pero eso no quita para decir que nos encontramos con un entretenimiento de primera, una película que no es una secuela más, sino que se erige como la mejor película de la saga y que sirve como primer paso para una nueva franquicia que puede ser memorable.