Joe el Bárbaro de Grant Morrison y Sean Murphy

Joe el Bárbaro de Grant Morrison y Sean Murphy (Joe The Barbarian 1 al 8 USA)

La nueva obra de Grant Morrison para la línea Vertigo de DC Comics ha pasado un poco de tapadillo entre las últimas novedades publicadas el pasado mes de octubre, un poco parecido a lo que ocurrió en su publicación en América. Algo extraño siendo del autor que es, pero una vez visto el resultado final, comprendo la poca repercusión que ha tenido, ya que el resultado es francamente decepcionante.

La historia comienza con nuestro protagonista, Joe, un típico adolescente introvertido con escaso éxito social que tiene que apechugar con la muerte de su padre militar y la amenaza de desahucio que se cierne sobre él y su madre. Pero aparte de todos sus problemas, Joe es diábetico y un ataque hipoglucémico le llevará a un mundo de fantasía de la misma manera que le ocurre a la famosa Alicia de Lewis Carroll y al protagonista del cuento "Donde Viven Los Monstruos".

Por supuesto, al igual que tan celebres predecesores, el mundo fantástico en el que se encuentra Joe es un reflejo del mundo real, pero pasado por la mente distorsionada y fantasiosa del adolescente. Con este material de base y la prolífica e inabarcable mente del escocés, podríamos muy bien encontrarnos con una obra que mezclaría fantasía, emotividad y épica, pasada por el inimitable tamiz de Morrison.

Pero no, porque la historia que cuenta es plomiza, y aunqueel mundo de fantasía creado por Morrison está excelentemente plasmado por un desconocido pero talentoso Sean Murphy que es lo mejor del tomo, en ningún momento el tebeo consigue arrancar la emoción y el sentido de la maravilla que intenta conseguir de manera incansable pero infructuosa.

Y eso es debido a que Morrison, como casi siempre en su obra, apabulla al lector con una cantidad ingente de conceptos, ideas e idas de olla varias. Pero si en otros trabajos suyos mucho más conseguidos como Los Invisibles, El Asco o Animal Man da en el blanco y maravilla, este Joe el Bárbaro está más cercano en resultados a obras menores del británico como Vinanarama o Seaguy.

Eso no quiere decir que el tebeo sea malo del todo, ya que por lo menos merece echarle un vistazo únicamente por su esplendoroso apartado gráfico, pero el guión de Morrison es un quiero y no puedo y el conjunto adolece de una falta de chispa y garra que rara vez he visto en el talentoso guionista. Quizá el exceso de proyectos en paralelo ha secado a Morrison en esta ocasión, pero aún por el mencionado dibujo de Murphy o la bella escena final me es imposible recomendar este tebeo a nadie. Una pena, porque todos aquellos que seguís el blog, sabréis que rara vez he quedado descontento con un tebeo de Morrison. Pero esta vez si.