Los Muertos Vivientes 14: Sin Salida de Robert Kirkman y Charlie Adlard (The Walking Dead 79 al 84 USA).
No hace falta decirle a nadie a estas alturas lo buena serie que es "Los Muertos Vivientes". Es una colección que está en boca de todo el mundo, no solo de los aficionados, sino también por el público generalista que tristemente la ha descubierto por la infame adaptación televisiva de la cadena AMC. Pero bueno, todo lo que sea promocionar el noveno arte más allá de su guetto es algo bienvenido.
La serie regular ha funcionado por diversos motivos. Su excelente caracterización de personajes, su ritmo frenético y sus continuos y magistrales giros narrativos. Pero ahora que la serie se acerca a la centena de números, Robert Kirkman debe tomar una decisión. Tiene que averiguar cuando darle el cierre.
No me malinterpretéis. La serie sigue siendo una de las apuestas seguras dentro de un mercado inundado de publicaciones. Pero las sensaciones que el lector sentía en los primeros ocho volúmenes de la colección, siendo su pico más alto el octavo, se han disipado un poco, por diversas razones.
Al no tener un número cerrado de capítulos, la colección está dando vueltas sobre si misma, el desarrollo de personajes (excepto Rick y sobre todo su hijo Carl, que es lo mejor de la colección) está en punto muerto. Si que es cierto que tenemos nuevos personajes en los últimos volúmenes y un nuevo status quo en la zona residencial/bunker en el que ahora viven Rick y los suyos, pero lo que se vislumbraba en el decimotercer tomo de la colección no se ha desarrollado de la manera que parecía que iba a ocurrir.
Este decimocuarto volumen, contiene como es costumbre seis ejemplares de la edición comic-book. Los cuatro primeros, aun teniendo apuntes y nuevas tramas interesantes, se podrían haber reducido a la mitad. El tomo se salva por los dos últimos capítulos, que nos devuelven al Robert Kirkman que nos deslumbró en los primeros volúmenes de la colección. Decisiones difíciles, muertes inesperadas y un WTF inesperado que te deja con la boca abierta. Por supuesto, la última página te deja con ganas de que salga a la venta el siguiente tomo, pero como decía antes, la serie debería tener claro cuando tiene que terminar, más allá de imperativos comerciales, para redondear como se merece uno de los mejores tebeos que han aparecido en los últimos tiempos.
La serie regular ha funcionado por diversos motivos. Su excelente caracterización de personajes, su ritmo frenético y sus continuos y magistrales giros narrativos. Pero ahora que la serie se acerca a la centena de números, Robert Kirkman debe tomar una decisión. Tiene que averiguar cuando darle el cierre.
No me malinterpretéis. La serie sigue siendo una de las apuestas seguras dentro de un mercado inundado de publicaciones. Pero las sensaciones que el lector sentía en los primeros ocho volúmenes de la colección, siendo su pico más alto el octavo, se han disipado un poco, por diversas razones.
Al no tener un número cerrado de capítulos, la colección está dando vueltas sobre si misma, el desarrollo de personajes (excepto Rick y sobre todo su hijo Carl, que es lo mejor de la colección) está en punto muerto. Si que es cierto que tenemos nuevos personajes en los últimos volúmenes y un nuevo status quo en la zona residencial/bunker en el que ahora viven Rick y los suyos, pero lo que se vislumbraba en el decimotercer tomo de la colección no se ha desarrollado de la manera que parecía que iba a ocurrir.
Este decimocuarto volumen, contiene como es costumbre seis ejemplares de la edición comic-book. Los cuatro primeros, aun teniendo apuntes y nuevas tramas interesantes, se podrían haber reducido a la mitad. El tomo se salva por los dos últimos capítulos, que nos devuelven al Robert Kirkman que nos deslumbró en los primeros volúmenes de la colección. Decisiones difíciles, muertes inesperadas y un WTF inesperado que te deja con la boca abierta. Por supuesto, la última página te deja con ganas de que salga a la venta el siguiente tomo, pero como decía antes, la serie debería tener claro cuando tiene que terminar, más allá de imperativos comerciales, para redondear como se merece uno de los mejores tebeos que han aparecido en los últimos tiempos.
como es el final, eh? te deja ojiplático!! o.0
ResponderEliminarCreo que te equivocas. Siempre el objetivo de la serie ha sido alargar una pelicula hasta que no quede nada que contar, y Kirkman sigue teniendo que contar. Yo no quiero que termine, quiero saber como viven y mueren todos los personajes. Incluso si se creee agotada la historia de esta "familia" que sigan ahondando en otras partes del planeta zombificados, que busquen el porqué de los zombis, que hagan historias cortas sobre otros supervivientes... en este mundo hay muchas oportunidades para poder contar una buena historia. Es incoherente pensar que es la mejor obra y quieres que acabe. Yo confío en el autor y en todas las posibilidades que puede aportar.
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