Justice League 1 de Geoff Johns, Jim Lee y Scott Williams.
Ya está aquí, ya llegó el nuevo universo DC que tantos ríos de tinta, críticas y polémicas ha levantado a lo largo de todo el verano desde el momento de su presentación en sociedad. Una polémica desorbitada entre según que aficionados, sobre todo los más veteranos, los cuales deberían estar ya curados de espantos y acostumbrados a que estos reinicios están ya a la orden del día y que siempre han ido ocurriendo cada cierto tiempo, sobre todo en un universo como el de DC Comics con 76 años de historia y que ya vivió el de la década de los años 50/60 con la Silver Age, posteriormente el celebrado de los 80 y el que ahora nos ocupa, ya que Horas Cero o 52 no han sido reinicios como los anteriormente mencionados, sino lavados de cara puntuales que no han acabado con la cronología anterior.
Con un solo ejemplar de una de las 52 nuevas series que salen al mercado durante este mes de septiembre es aún pronto para aventurar los resultados del experimento. Comercialmente ha sido todo un éxito, ya que de las 14 novedades que han aparecido han agotado tirada unas 10 de las mismas y esta Justice League que nos ocupa ya va por la tercera edición. El recibimiento popular y crítico no ha sido malo, al contrario, el público parece sorprendido de la calidad de la mayoría de las colecciones, sobre todo de títulos como Animal Man, Action Comics o Swamp Thing, de los que hablaré, junto a otros la semana que viene cuando los reciba.
Pero de lo que tengo que hablar aquí es de la colección más importante de este nuevo universo (con perdón del Action Comics de Morrison) y sobre la que girara toda esta nueva DC, la Justice League del guionista estrella de DC Comics en los últimos 10 años y aquel que ha dirigido el camino de la compañía, a veces muy bien y otras veces muy mal. A los lápices el autor más importante de las superestrellas Image de los 90, que ha sabido reciclarse y convertirse en un hombre de negocios exitoso y en el nuevo co-editor junto al odiado Dan Didio al frente de DC Comics, el coreano Jim Lee. Y tras 25 páginas de un primer número ansiado por miles de fans, tanto para alabarlo como sobre todo para despellejarlo, ¿cuál es el resultado final?. Correcto pero intrascendente.
No me malinterpretéis. El tebeo no está mal, pero sabe a poco. En primer lugar, no esperéis a la Justice League al completo en este ejemplar. Estos son los nuevos orígenes del grupo, un grupo de jóvenes vigilantes que no son vistos con buenos ojos por la humanidad y las fuerzas de autoridad. Unos novatos.
Y de este grupo de novatos que se corresponden con los personajes más icónicos e importantes de DC (excepto Cyborg) en este número aparecen como protagonistas Green Lantern y Batman, casualmente los dos personajes que han tenido adaptaciones cinematográficas recientes (el primero fallida y el segundo todo lo contrario) y son más conocidos por el público menos cercano al mundo del cómic. En la última página nos encontramos ya con Superman, previo a un enfrentamiento con Batman que visto lo contado en este primer ejemplar ocupará el número siguiente al completo.
Porque si algo hay que achacarle a este primer ejemplar es lo poco que cuenta. Batman persigue a una criatura desconocida que averiguamos poco después que proviene de Apokolips, en una escena muy parecida al comienzo de la miniserie Cosmic Odissey de Jim Starlin y Mike Mignola aparecida en 1988, mientras es perseguido por la nueva policía hi-tech de Gotham City. Posteriormente se une a la caza del alienígena Green Lantern, se intercambian una serie de chascarrillos más cercanos al tono del All Star Batman y Robin de Miller y Lee y se van en busca de Superman. Entre medias, vemos la vida de un Victor Stone previa al accidente que le convertirá en Cyborg. Y sabe a poco.
Los diálogos y la interactuación entre Batman y Green Lantern tienen su aquel y el concepto de estos personajes clásicos como jóvenes inexpertos puede ser interesante si se desarrolla bien. Pero también es muy claro y evidente que este reinicio se ha realizado para acercar más al público que ha visto las aventuras de estos personajes en la gran pantalla y que no han leído un tebeo de superhéroes en su vida. Ejemplos varios, como que ahora Hal Jordan lleva un uniforme que se crea gracias al anillo de la misma manera que el horrendo traje CGI de su homónimo cinematográfico. Y el traje de Superman que vemos en la última viñeta es casi casi clavadito a la primera foto oficial de Henry Cavill enfundado en el uniforme del último hijo de Krypton en la nueva adaptación que está realizando Zack Snyder a estrenar en verano de 2013.
Totalmente loable lo que busca DC. Otra cosa será que consiga buenos tebeos. Este primer número no va a cambiar el mundo del cómic, pero es mucho mejor por ejemplo que el primer ejemplar de la horrenda etapa del guionista Brad Meltzer de hace unos años. Johns es un guionista más que competente que quiere a estos personajes y a este universo. Jim Lee es un buen dibujante, algo anquilosado tras décadas de dibujar de pascuas a ramos, pero cumple y demuestra que es un profesional como la copa de un pino. El tiempo dirá lo que durará en la colección (personalmente creo que llegará como muchísimo a los 6 primeros números y seguramente me estoy pasando) y el desarrollo de la colección nos dará muestras de su valía, ya que este primer número es todavía demasiado poco para sacar una conclusión tras años de descompresión narrativa.
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