Wall Street: El DInero Nunca Duerme de Oliver Stone (Wall Street: Money Never Sleeps, 2010).
23 años han pasado desde que Oliver Stone reflejara el capitalismo agresivo y el mundo de los yuppies de los años 80 con uno de sus peores trabajos, "Wall Street", que sirvió para que Michael Douglas realizara una de las mejores interpretaciones de su carrera y se llevara el codiciado Oscar, con el personaje de Gordon Gekko, un despiadado hombre de negocios que acabaría con sus huesos en la carcel como si de un Mario Conde se tratara.
Y Oliver Stone ha decidido traer de vuelta a uno de los personajes más emblemáticos del cine de los 80, cuando el mundo se va al garete debido a la burbuja inmobiliaria y la deblace bancaria de hace dos años que sigue trayendo cola. En esta secuela, Gordon Gekko sale de la cárcel para darse cuenta que el mundo ha cambiado y que lo que él hacía se ha convertido en algo institucionalizado y legal. Aquí se encuentran los puntos fuertes de un flojo largometraje, ya que los momentos de Gekko (exceptuando un happy ending que no se cree nadie y está completamente fuera del personaje de Gekko) con Shia Lebouf (verdadero protagonista de la película, como un joven broker inteligente, ambicioso pero con buen corazón), el discurso que da al principio del filme y sobre todo su presencia magnética (Douglas es de los pocos actores de la vieja escuela ,verdaderas estrellas de las que ya escasean en Hollywood).
El otro punto fuerte del largometraje es Josh Brolin (excepto su patética escena final rompiendo el cuadro de Goya), actor más que competente y lo único que salvaba el desastre de "W" la anterior película de Stone. Porque Stone está en verdadera caída libre, ya que las películas que ha entregado esta década abarcan lo fallido hasta lo sencillamente desastroso, pasando por lo mediocre. Fallida fue "Alejandro Magno", desastrosa fue "World Trade Center" y mediocres son "W" y este "Wall Street" que nos ocupa.
Hay retazos del mejor Stone en las escenas en las que se reúnen los banqueros y hombres de negocios, sobre todo la escena en la que se habla de la caída del sistema financiero que lo comparan con el fin del mundo, completamente apocalíptica y aterradora, o todo lo relacionado con el personaje interpretado por Frank Langella, pero la película queda lastrada por un final edulcorado y excesivamente largo (el filme parece que va a acabar y no acaba repetidas veces en la última media hora) y una historia de amor (entre el personaje de Shia Lebouf y Carey Mulligan, que interpreta a la hija de Michael Douglas) que provoca poca empatía con el espectador.
Por lo que Stone demuestra que es un genial cronista de nuestros tiempos y sobre todo de América, pero que ha perdido la garra, la fuerza y los huevos que le caracterizaban, entregando filmes de los que su yo de hace 20 años se avergonzaría de estrenar. Una película que se deja ver, pero que ni de lejos se acerca siquiera a las grandes obras de Stone (JFK, Platoon, Asesinos Natos y Giro al Infierno).
A mi personalmente no me gustó nada...pero me quedo con el viejito que hace lo del pajarillo sirisirisuuuu :)
ResponderEliminarsirisirisuuuuuu, ver y olvidar, totalmente de acuerdo con la crítica, Oliver Stone, en caída libre, ni el crack del 29, ni los que queden.... A este director, por lo menos se le pide una belleza visual, que en esta pelicula, sólo la sustenta la espectacularidad de NYC, pero por lo demás sirisirisuuuuuu
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