Following de Christopher Nolan (1999).
La ópera prima de Christopher Nolan, uno de los mejores directores de cine en la actualidad, inédita en nuestro país, es una magnífica ópera prima donde podemos encontrar las señas de identidad y el dominio de la técnica cinematográfica de la que hace gala este autor y que nos ha brindado maravillas como "El Caballero Oscuro" o la reciente "Inception".
Nolan en su primera obra ya demostraba las inquietudes y temas que trataría en toda su obra. Sus protagonistas siempre son individuos solitarios y escindidos de la sociedad (el protagonista de Memento, Bruce Wayne en sus dos incursiones en la figura del hombre murciélago), que viven en urbes frías y asépticas que acentúan dicho aislamiento (Gotham City en sus Batman, el mundo ¿real? en Inception, no muy diferente del mundo del sueño) y en la que sus protagonistas establecen un enfrentamiento con unas némesis que en el fondo son un reflejo de si mismos, distorsionados, pero que en el fondo son la otra cara de una misma moneda (aquí el enfrentamiento de Bill y Cobb, idéntico a los dos magos rivales de "The Prestige" o los contrincantes de Batman en los dos largometrajes de Nolan, tanto Ras Al Ghul como el Joker).
La historia de un perdedor que quiere ser escritor y que dedica su tiempo a seguir a extraños desconocidos para llenar el vacío existencial de una vida gris y aburrida, se complica cuando conoce a Cobb, un individuo de turbio pasado que se dedica a entrar a robar en casas de extraños de manera aleatoria no por un fin material, sino para violar el espacio personal de la gente. A partir de ahí, la película se convierte en un ejercicio de auténtico cine negro, donde no faltan todos los elementos clásicos del género: una mujer fatal, mafia, robos de dinero, extorsiones y asesinatos.
Pero Nolan, como siempre en su cine, no se lo va a poner fácil al espectador y convierte la estructura de su largometraje, en un puzzle donde el espectador tendrá que recomponer las piezas, ya que al igual que en obras posteriores como "Memento" o "The Prestige", cada secuencia, plano e imagen tiene una importancia extrema, aderezado por una estructura temporal no lineal, pero que gracias a un guión perfectamente engarzado y una sólida dirección, hace que el espectador no se pierda en el complejo laberinto que nos propone.
Incomprensiblemente inédita en nuestro país, más aún si tenemos en cuenta la fama de Nolan gracias a sus dos últimos filmes, es un potentísimo debut, que demuestra el cerebro privilegiado de un joven cineasta, que diez años después realizaría los mejores y más inteligentes blockbusters de la historia reciente del cine de Hollywood.
Me gusta la cabecilla de Nolan, las ideas que tiene y como las cuenta...aunque me pregunto si él también habrá ido alguna vez siguiendo a la gente por la calle ;)
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