A Dos Metros Bajo Tierra de Alan Ball (Six Feet Under, 2001-2005)
Cada vez es mas difícil que algo te sorprenda. Más difícil todavía es que te apasione. Y sobre todo aún más difícil es que algo te llegue al corazón y no te suelte. Más cuando uno tiene ya unos cuantos años y ya lo ha visto todo. Pero de vez en cuando, muy de vez en cuando, aparece algo en tu vida que te da un vuelco y te atrapa. Y eso me ha pasado tras ver las cinco temporadas de la sublime "A Dos Metros Bajo Tierra" de Alan Ball, el guionista de la oscarizada American Beauty y ahora creador y showrunner de la serie "True Blood".
Es difícil explicar con palabras el cúmulo de sensaciones que provoca el visionado de este serial, desde su interesante punto de partida, hasta un arrebatador final que te encoge el alma y que es el mejor final de toda la historia de la televisión y uno de los finales más redondos, hermosos y tristes de cualquier ficción de cualquier medio.
El punto de partida es diferente y sugerente a partes iguales, una familia, Los Fisher, que regentan una funeraria. Porque la serie trata de eso, de la muerte, de la manera de afrontarla, de lo que afecta en tu vida y las diferentes maneras que tenemos de afrontarla. Porque es una historia universal, que nos toca a todos y hacia la que todos avanzamos.
Los Fisher son una familia a primera vista excéntrica, pero a medida que conocemos sus problemas, nos damos cuenta que todos lo seríamos si fuéramos analizados de la misma manera que estos personajes lo son. El incidente que los reúne es la muerte del padre de la familia. A través de su muerte, conoceremos al primogénito, Nathan, que debe volver al hogar y tomar las riendas del negocio familiar del que ha intentado huir toda su vida, junto a su hermano pequeño David, que ha hipotecado su vida por el trabajo de su padre y que tiene problemas para reconocer su homosexualidad, algo lógico en el reprimido entorno de la familia. El tercer hermano en discordia es Claire, la auténtica protagonista del serial, la pequeña de la familia que se siente desplazada al ser la pequeña. El núcleo familiar se completa con Ruth, la madre de los Fisher, una mujer apocada, amargada por no haber cumplido sus sueños al haber cuidado de su familia.
Pero todos ellos evolucionan a lo largo de las temporadas, haciendo parecer al espectador que no está viendo una producción televisiva, sino que sigue la vida de unos personajes que se acaban convirtiendo en auténticos seres tridimensionales que viven y respiran, casi como si los conocieras, lo que hace muy difícil el despedirse de ellos.
Y aunque la serie trata sobre la muerte y muchas de las cosas que ocurren son muy duras, también hay lugar para la comedia y para la sátira, porque al igual que la vida, la serie es una mezcla de géneros. Y ahí está el gran acierto de Ball: la muerte es impepinable y la vida está llena de situaciones difíciles, pero también de grandes momentos, y lo más importante, solo tenemos una y hay que disfrutarla al 100% y aprovecharla mientras dure, porque nunca sabemos cuando puede terminar y sobre todo porque merece mucho la pena y las cosas son más sencillas de lo que creemos.
Un canto al amor y a la familia. Una serie sin barreras ni tapujos, donde las relaciones humanas y de pareja se tratan de manera natural. Tabús como la homosexualidad, el uso y abuso de drogas, las relaciones sexuales se miran de frente y sin complejos. Personajes que se equivocan, que amas, que odias, pero que son tan reales como la vida. Guiones apasionantes y cero artificiales, diálogos incisivos, polémicos y sobre todo inteligentes, muy inteligentes. Ni un momento de bajón en cinco temporadas, ningún capítulo que destaque sobre el resto, porque todos son igual de buenos y sobre todo una familia, los Fisher, que consiguen hacerse un hueco en tu alma y que como todos los buenos personajes, siempre llevarás dentro de ti. En definitiva, una obra maestra sin nada que reprocharle, pero todo que alabarle.
Poco que añadir, una obra maestra de principio a fin, destacando el que, coincidiendo contigo, es el mejor final de una serie.
ResponderEliminarme uno a ti y a Agui! no hay final mejor...
ResponderEliminarvoy a echar de menos a los Fisher :)