De entre la gran cantidad de reediciones de lujo que han aparecido en los últimos meses (American Flagg, The Rocketeer, Batman de Marshall Rogers) echo en falta algunos tebeos de los años 80 que deberían ser recuperados para las nuevas generaciones. El primero de ellos es Marshal Law de Pat Mills y Kevin O'Neil, aparecido a finales de los 80 bajo el sello Epic Comics de Marvel. Un sello que vendría a ser la línea Vertigo de DC Comics cuando esta todavía ni existía. Bajo este sello, los autores eran propietarios de los derechos de los personajes y no había limitaciones del comics code autorithy. Y este Marshal Law es una buena prueba de ello. En un futuro distópico, la sociedad es un pozo de criminalidad, perversión y muerte. Todo ello debido a la aparición de los superhombres en nuestro mundo , unos seres carentes de moralidad y respeto por el ser humano. Un tema que ha sido explotado hasta la saciedad en obras actuales como The Boys de Garth Ennis, Rising Stars y Supreme Power de Stracinsky, o Wanted, Authority y The Ultimates de Mark Millar. Y todos beben de aquí. Bueno, de aquí y de la trilogía de Rick Veitch formada por tres obras de la magnitud de El Uno, MaxiMortal y Niñatos. Tebeos repletos de la rabia de una generación provocada por la amoral y agresiva América de Ronald Reagan y George Bush y la totalitaria inglaterra de Margaret Thatcher. Un tebeo punk que puso en la mira del aficionado a un artista tan personal, feísta pero atractivo como Kevin O'Neill el actualmente famoso dibujante de la Liga de los Hombres Extraordinarios de Alan Moore. Un tebeo brutal, hiriente pero extremadamente inteligente que se merece una reedición a la altura de la obra.
Y de finales de los 80 nos remontamos a los principios de la misma, a 1982 y a un crossover muy especial, el formado por La Patrulla X de Chris Claremont y Los Nuevos Titanes de Marv Wolfman y George Perez, los dos grupos y tebeos más exitosos de principios de la década. Hay que recordar que los crossovers entre editoriales en esa época no eran algo habitual como actualmente y que hasta el momento solo habían aparecido dos, Superman-Spiderman y Batman-The Hulk, a finales de los 70. Así que este fue un tebeo acontecimiento. Y los autores estaban a la altura de las circunstancias: Chris Claremont y Walter Simonson. Claremont una estrella absoluta del tebeo americano y Simonson una promesa en ciernes que poco tiempo después revolucionaría Marvel con su interpretación del Dios del Trueno, que se convertiría en la base para futuros autores como lo fue el Daredevil de Miller. Aquí, ambos autores crean un team-up antológico, una verdadera fiesta para el aficionado, con dos némesis de verdadera altura. Por el lado de Marvel, Fénix Oscura, pero no Jean Grey, sino la entidad misma y por el lado de DC Comics, Darkseid, antes de que se convirtiera en uno de los villanos estrella del universo DC gracias a la miniserie Legends de Len Wein y John Byrne en 1986.
Para terminar, quizás el peor de los tres tebeos reseñados, pero que tiene los suficientes elementos de interés para ser valorado. El tebeo es el primer prestigio de Lobezno, cuando el personaje todavía no había sido sobre-explotado hasta la saciedad, llamado "Aventura en la Jungla" y sus autores Walter Simonson a los guiones y Mike Mignola a los lápices. Si el guión de Simonson no deja de ser un popurri de Tarzan con las ilustraciones de Frank Frazetta, el trabajo de Mignola eleva la categoría del tebeo. Un Mignola pre-Hellboy que con esta obra y Batman Luz de Gas y Cosmic Odissey para DC se convirtió en el talento y la leyenda que es actualmente en el medio.
bufff, de esos 3 que comentas tengo el crossover de La Patrulla X y Los Nuevos Titanes y el de Lobezno, lo cierto es que molan bastante aunque como bien apuntas el de Lobezno no es gran cosa a nivel de historia, tiemblo de pensar en la clavada que nos meterían en caso de reeditarlos, saludos!!
ResponderEliminarEn mi opinión, que creo medianamente ponderada al tener los tres, lo que realmente merece la pena es Marshall Law, pues a pesar de su estética poco atractiva, es uno de los grandes cómics imprescindibles en cualquier tebeoteca.
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