Adele y el Misterio de la Momia de Luc Besson ( Les Aventures Extraordinaries d' Adele Blanc Sec).
Debo decir que nunca he leído el cómic de Tardi en el que esta obra está basada, aunque siempre me ha llamado la atención su mezcla de folletín de aventuras pulp y su ambientación, además del estilo de Tardi. Pero la obra realizada por un Luc Besson en horas bajas (lejos quedan los años 90, cuando sus obras llamaban la atención) es un verdadero insulto a la fantasía, la aventura y el séptimo arte.
Luc Besson nunca ha sido un autor que me guste (su única obra destacable sería "El Profesional") y su anterior aproximación al cómic y la fantasía había sido la horrenda "El Quinto Elemento", que aunque no fuera una adaptación de un cómic en concreto, si que bebía de la obra de Moebius, en concreto de su afamado "El Incal".
Pero intrigado por un trailer correcto y transcurrir en una época, el siglo XIX que me apasiona y me atrae y ser el relato de una especie de aventurera al estilo de Indiana Jones con unas gotas del steampunk de Alan Moore en "La Liga de los Hombres Extraordinarios", pensé que Besson nos entregaría una buena película.
Nada más alejado de la realidad. Como toda obra europea que se precie, el género fantástico es tratado de manera bufa y sin tomarlo en serio. Parece que en la vieja europa (e incluyo a España en el saco) sino se trata cine social (que parece que es el importante), sus autores creen que pueden hacer lo que quieran con el cine de género.
Lo que consiguen y esta película es un buen ejemplo, es entregar un producto vacío, de verguenza ajena, infantiloide que no infantil, que aburrirá a los más pequeños y sonrojará y provocará el rechazo al espectador adulto.
La película tiene varias tramas abiertas, ninguna suficientemente interesante, que se adereza con un diseño de producción correcto (lo único a destacar del filme), adornado de un sentido del humor exagerado y vomitivo que incluso ruborizaría a un experto en humor zafio como Benny Hill. Los "defectos" especiales son de traca y sus personajes insustanciales, ridículos, exagerados y patéticos.
El único personaje que se salva es el de la protagonista, pero no es suficiente para levantar el vuelo de una producción que no es que no sea Indiana Jones, sino que queda por debajo de sub-productos como "La Momia" o "Van Helsing" de Stephen Sommers, para parecerse a las bazofias de cine de aventuras que nos entregaba la productora Cannon en los años 80, como "Las Minas del Rey Salomón", protagonizada por el casposo Richard Chamberlain y una jovencísima Sharon Stone. El resultado, mierda para el cerebro.
Nueva demostración de la pedantería del cine del viejo continente y nueva demostración que el cine de Hollywood es el único indicado para hacer cine de entretenimiento y aventuras. Para Europa dejaremos sus telefilmes de supuesto "cine social" y sus pretenciosas obras de arte y ensayo. La fantasía les queda muy grande.
jo si es mala pero esta tan buuuuena
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