EL HOMBRE LOBO de Joe Jonhston (The Wolfman, 2010).
El Hombre Lobo provoca auténtico terror, el terror de que sea posible que se haga cine como este. Esta nueva versión del clásico personaje, nos llega ahora de manos del artesano Joe Johnston, tras haber dejado el proyecto el ex-director de videoclips Mark Romanek, tras "diferencias creativas" con los productores y el estudio, que visto el resultado final hizo bien bajándose del barco, es un despropósito sin pies ni cabeza, que intenta ser una película de terror clásica y se convierte sin quererlo en un "clásico" de la comedia involuntaria. Pero vayamos por partes.
Joe Johnston, el director de clásicos instantáneos como "Jumanji" y la espantosa "Jurassic Park 3", tiene en sus manos lo que cualquier director querría, es decir, un magnífico reparto (Benicio del Toro, Anthony Hopkins, Hugo Weaving), un personaje conocido por todo el mundo, unos guionistas que han demostrado su solvencia en anteriores trabajos (Andrew Kevin Walker, guionista de Seven, y David Self, guionista de Camino a la Perdición), un presupuesto holgado, un equipo técnico de primera, un diseño de producción bueno, Danny Elfman a la música, y que hace con todo esto, NADA. El aspecto que da la película gracias a la impersonal y plana dirección de Johnston es de una película con presupuesto de serie A, pero con resultado de serie B, sin la gracia de esta. La dirección es inerte, sin vida, sosa, tanto, que si le quitas todos los adornos (vestuario, maquillaje, decorados,etc...), tiene la misma calidad de realización que un culebrón venezolano de las 3 de la tarde.
Johnston intenta copiar sin ningún pudor, los hallazgos estéticos del Drácula de Coppola, e incluso del irregular Frankenstein de Kenneth Branagh, pero sin saber y sin entender lo que ambos autores hicieron, sobre todo Coppola, con sus aproximaciones a estos personajes clásicos, para presentarlos a una nueva generación. Lo que consigue Johnston, es una mezcla de película de la Universal de los años 40, con el desmelene del gore de los 80. Y la mezcla es pobre como poco.
A esto no ayuda un guión sin pies ni cabeza, sin ritmo, sin tensión, sin personajes interesantes o a los que puedas coger cariño, ya que no son presentados, sino vomitados al espectador. No sabes nada de ellos, sus motivaciones son ilógicas, son más porqué sí, porque la trama tiene que avanzar de A a B y luego a C, que por una lógica interna. El caso más flagrante es el del personaje de Hugo Weaving, interpretando al inspector Abberline, que en la realidad fue el inspector de policía que investigó los asesinatos de Jack el Destripador, algo que el filme nombra, haciendo ver una obsesión por cazar al monstruo, sin saber bien porqué, para emparentarlo con la figura de Van Helsing, cazavampiros de Drácula, sin conseguirlo. El guión va a trompicones a lo largo de todo el metraje para acabar abruptamente con un enfrentamiento entre lobos tan ridículo que emparenta a esta película con otro despropósito de los últimos años, Van Helsing del inefable Stephen Sommers.
En cuanto a la labor actoral, poco puedo decir, porque es inexistente, ya que el trío de actores protagonistas no hacen NADA. Benicio del Toro está durante todo el largometraje en un estado de borrachera permanente, completamente ido, y con cara de no saber bien lo que está haciendo, o peor, yo creo que su cara es debido a que veía las tomas diarias del rodaje, y sufría viendo el bodrio en el que estaba participando. Anthony Hopkins está absolutamente desmadrado e histriónico, provocando la pena y la risa del espectador, deseando que su retirada del cine sea lo más inmediata posible, y el pobre Hugo Weaving, está en la obligación de repetir su genial personaje del Sr.Smith en la trilogía de Matrix, volviendo a hacer uso de su temple y parsimonia a la hora de hablar, usando un lenguaje espeso y barroco que le iba perfectamente en Matrix, pero que aquí no viene a cuento, convirtiéndose en una parodia de si mismo. De la chica de la película, interpretada por Emily Watson, nada que decir, está y ya está, poco puede hacer, no tiene papel, solo tiene que hacer dos cosas, llorar y gritar, poco más.
El director intenta salvar tamaño despropósito con dos cosas, y en las dos se equivoca. Sustos, pero de parvulario, cogidos del manual del topicazo de la peor película de terror adolescente, y de un gore charcutero y cutre de cine de los 80 de terror de saldo.
El resultado, pura basura para el cerebro, una película que pone el listón muy alto para el resto de excrementos que se estrenen este año. Es difícil que algo supere para mal, este insulto al género de terror, y al 7º arte en general. Estáis avisados.
plas! plas! plas! plas! plas!
ResponderEliminarno has podido hacer una mejor descripción! bravo!
Muchas gracias!!! Siempre intento sacar algo positivo de lo que veo, pero de esta "cosa", es imposible sacar algo bueno de ella.
ResponderEliminarclaro que se puede! el gusto que da ver los títulos de crédito y saber que se ha acabado...jejeje
ResponderEliminarYo si sacaria algo bueno de ella, que termina.
ResponderEliminarYa me fastidia acelerar una cena, porque el cine marca el ritmo de la noche, pero recibir como compensación semejante bodrio, hace que me den ganas de ir a misa o esperar a que llegue el metro a mi pueblo.
ResponderEliminarNo se atreverán con la segunda parte....