26 de febrero de 2010

Los Hombres que Miraban a las Cabras de Grant Heslov. Reseña de actualidad.



Los Hombres que Miraban a las Cabras de Grant Heslov (The Men Who Stares at Goats, 2009).

Horrible y absurda son las palabras que vienen a mi cabeza tras visionar este despropósito disfrazado de película, más aún cuando se dispone de actores tan talentosos como George Clooney, Ewan McGregor, Jeff Bridges y Kevin Spacey.

La película, por llamarlo algo, es la adaptación de un libro del periodista norteamericano Jon Ronson, y su sinopsis es cuanto menos curiosa. Un periodista, que ve su vida como se parte en dos cuando su mujer le abandona por su jefe, comienza a investigar a un extraño grupo perteneciente a un grupo oculto del ejército americano que tienen la facultad de tener poderes psíquicos y poder matar a cabras con su mente. Este argumento tan descacharrante y bizarro, que solo es posible crearlo bajo una ingesta masiva de estupefacientes caducados, es en principio curioso y que bien merecía una oportunidad, ya que su trailer prometía una película diferente y al menos divertida. La realidad no tiene nada que ver.



La película es un conjunto de escenas más o menos divertidas, más menos que más, unida por un argumento que se le puede permitir lo absurdo de su planteamiento, pero lo que no se le perdona es que no cuente nada. Es para entendernos, como si uno de los sketches de los geniales chicos de Muchachada Nui, en vez de durar cinco minutos,lo alargaran a los noventa minutos. A partir de los cinco minutos, pasa de ser una broma, a ser una broma de mal gusto. Y eso es lo que le ocurre a este largometraje.

Patético es que un grupo de actores que son el santo grial de cualquier director de cine, hayan sido desperdiciados de tal manera, y que ellos mismos hayan aceptado hacer este engendro tras leer el guión. Lo único que se me ocurre es que les dieran para consumir los mismos estupefacientes que tomó el escritor de la novela, y el rodaje hubiera sido un mal viaje del que despertaron en el momento que la proyectaron en el preestreno, tras lo cual se arrancaron los globos oculares para no tener que visionar tamaño despropósito.



George Clooney es el único que salva levemente la función, con el mejor personaje de la película, ayudado por su habilidad como actor para ganarse al público. Ewan McGregor, está pero no está, con un personaje que es como un folio en blanco, entregándonos una actuación basada en la nada y sin saber que caras poner. De Briges y Spacey poco puedo decir, están, pero no se bien para que. Lo dicho, un desperdicio de talento.

Guión, el justo. Cuatro chorradas que ves en el trailer, y que hacen gracia ahí, pero que en la película ya no tienen tanta gracia. Mientras tanto, el desconocido director Grant Heslov, intenta emular a autores de nueva hornada como Wes Anderson, intentado ser el más original del barrio. Por mí, que no vuelva a dirigir nada en su vida, o que se dedique a la publicidad, un medio en el que no hace falta contar nada, solo poner imágenes bonitas y super modernas.





En definitiva una película que tiene más gracia contada que vista. Un nuevo ejemplo de ese pseudo cine independiente, adorador de las tendencias new age más rancias y obvias, que brota en el nuevo Hollywood como la peste, y del que parece que Clooney se ha convertido en su abanderado. George, y esto también va para el resto del reparto, no desperdiciéis vuestro enorme talento en estos bodrios. Lo peor, que seguro que este engendro tendrá sus defensores que la harán ascender a la categoría de película de culto. Vivir para ver.

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