Penguin: Pain and Prejudice de Greg Hurwitz y Szymon Kudranski
El Pinguino nunca sale bien parado cuando se le compara con otros villanos clásicos del hombre murciélago como el Joker o Dos Caras. Cierto es que la única vez que se le ha intentado dar algo de profundidad al personaje ha sido en la cada vez más valorada secuela del Batman de Tim Burton llamada “Batman Vuelve” donde el antiguamente excelente director plasmaba a Oswald Cobblepot como una figura trágica, un incomprendido y solitario individuo, rechazado y humillado a partes iguales, que dedicaría su vida adulta a hacer pagar a los ricos y guapos de Gotham los desprecios que sufrío desde que fuera un tierno niño. En esta nueva miniserie, sus autores parten de esa representación del filme de Burton, aderezada con un exceso de mal rollo y ultra-violencia para contarnos quién era Oswald Cobblepot y en lo que se ha convertido. Porque en el presente es el Kingpin del universo DC, un mafioso temido y despreciado a partes iguales que domina los bajos fondos de Gotham desde su local, el “Ice Lounge”. Este primer número, que gráficamente parece el trabajo de un Alex Maleev principiante no está mal, pero se excede, como toda la nueva DC en una violencia que de tanta acaba echando para atrás a cualquier tipo de lector. Y ese y no otro creo que es el mayor problema de la nueva DC, que al igual que ocurrió a finales de los 80 y principios de los 90, creyeron que a más violencia y mayor oscuridad, los tebeos eran mejores y más adultos. Al contrario, se convierten en algo repetitivo y en muchas ocasiones rechazable.
Red Lanterns 2 de Peter Milligan y Ed Benes
La ceguera económica digna del tío Gilito de DC no les ha dejado ver que una serie protagonizada por un personaje tan aburrido como Atrocitus no podía dar como resultado un buen tebeo. Pero claro, hay que llenar el mercado de mil y un títulos del universo de Green Lantern hasta que el aficionado se sature y no se compre ninguno. Y acabará pasando y si no tiempo al tiempo. Milligan hace uno de esos tebeos que destroza su media de obras, un trabajo alimenticio en el que no cree ni él, aunque lo intente llenar de textos de apoyo para hacer que parezca que el tebeo no es lo que todos sabemos y él el primero: pura basura. Otra de las series del reinicio que no leeré ni un número más. Dos ejemplares ya son tortura suficiente.
Supergirl 2 de Michael Green, Mike Johnson y Mahmud Asrar
Entretenido y sin muchas pretensiones el segundo número de esta nueva colección de Supergirl. Sus escasas ambiciones la hacen una simpática adición a la pequeña familia de tebeos relacionados con Superman y este primer encuentro entre primos y el típico malentendido entre superhéroes de toda la vida se lee con agrado gracias al dibujo de Mahmud Asrar. Nada excesivamente original, pero funcional.
Superboy 2 de Scott Lobdell y R.B. Silva
El peor tebeo de la línea Superman, pero el mejor tebeo de Lobdell dentro de los nuevos 52. Aunque eso tampoco es decir mucho. Porque esta nueva versión de Superboy, que se inspira en el Conner Kent aparecido tras la muerte de Superman es una historia que discurre por los tópicos más habituales de los experimentos genéticos que se escapan del control de sus malévolos creadores. Si al menos el dibujo fuera bueno tendríamos algo que destacar en positivo. Pero ni eso. Otra serie que cae de mis lecturas mensuales.
Birds of Prey 2 de Duane Swierczynski y Jesús Saiz
La nueva formación de las Aves de Presa da su bienvenida a dos de sus nuevos miembros, Katana y Poison Ivy. Aunque Poison Ivy será debidamente presentada en el próximo número, porque este ejemplar se centra en presentarnos a la nueva, letal y algo desequilibrada Katana. Un tebeo divertido que se lee tan rápidamente como se olvida.
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