El estreno de la segunda temporada de la adaptación televisiva del excelente tebeo de Robert Kirkman ha llegado repleta de polémica por varios motivos. El primero, la dudosa calidad de una corta primera temporada que a mi personalmente me dejó frío y decepcionado. Y sobre todo por la noticia del despido del todo el equipo de guionistas de dicha primera temporada y lo más sorprendente del asunto, la decisión de AMC de prescindir de Frank Darabont, el "showrunner" del serial este verano.
Con estas expectativas nada halagüeñas no las tenía todas conmigo para continuar viendo esta adaptación muy libre del cómic homónimo. Pero al gustarme tanto el material original decidí darle una segunda oportunidad al serial. Y visto el primer capítulo he de decir que es el mejor de la serie desde el episodio piloto de la primera temporada.
Hay que partir de la base de que la serie televisiva va a seguir otros derroteros diferentes a los del cómic original, algo que sigo sin entender ya que el tebeo tal cual está es excelente, algo que comentaba con amigos de afición cuando veías que cada ejemplar del tebeo era un perfecto capítulo de serie televisiva con un cliffhanger de esos que te dejaban ansioso por leer el siguiente capítulo.
Pero el propio Kirkman, que co-guioniza este episodio piloto, ha sido el que ha tomado la decisión de que la serie de televisión tenga cambios, porque la perspectiva que le da el tiempo le hace ver que muchas de las cosas que hizo en su momento en el tebeo ahora las cambiaría, así que quién soy yo para llevar la contraria al creador del invento.
Así que olvidando el cómic en el que se basa, hay que valorar la serie como ente aislado y no dependiente de la historieta gráfica. Y este primer episodio aprueba de manera sobrada. Lo primero y más importante, el grupo de supervivientes comienzo a creérmelos y sus relaciones y actuaciones están mucho mejor desarrolladas. La calidad técnica ha dado un salto cualitativo en valores de producción y en este episodio han tirado la casa por la ventana en cuanto a la cantidad y variedad de zombies con los excelentes y repugnantes maquillajes del maestro Greg Nicotero. Además, el capítulo tiene un par de escenas (el asedio zombie en la autopista y la corta pero intensa escena de la iglesia) que están muy bien planificadas y filmadas. Sin hablar del genial cliffhanger que deja a las puertas de la muerte a uno de los principales protagonistas.
Así que esta segunda temporada comienza bien y como ya he aceptado que la serie no va a ser un calco del tebeo ni va a alcanzar las cotas de brillantez del mismo, me dejaré llevar por lo que a partir de ahora veré como algo ajeno a uno de los mejores tebeos de los últimos tiempos. Esperemos que la tormenta interna entre los creadores y la cadena AMC no la eche a perder.
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