Catwoman 1 de Judd Winick y Guillem March.
No voy a entrar en la polémica de la sexualización de la nueva DC Comics y la denigración de la mujer que supuestamente ha traído esta nueva línea editorial. Comparar la escena de sexo entre Selina y Bruce al final de este número, con el horror que ha acometido Scott Lobdell con Starfire en "Red Hood and the Outlaws" es absurdo como poco. Lo único que ha hecho Winnick es sexualizar y dar un paso adelante en la tensión sexual entre Batman y Catwoman, pero nada más. Además es algo habitual en su trabajo, como por ejemplo en su etapa al frente de Green Arrow, y nadie se rasgó las vestiduras, igual que nadie lo hizo cuando Wonder Woman y Superman tuvieron su ración de sexo en el segundo volumen de la abominable por otras razones secuela del Dark Knight de Miller. En cuanto al tebeo, una lectura agradable, sobre todo por el siempre excelente Guillem March que nos deleita con 20 maravillosas páginas. En cuestiones de guión, el primer número no cuenta todavía mucho, mal endémico del 99% de los tebeos actuales, pero la presentación de Selina como una mujer en apariencia fuerte pero psicológicamente frágil y la pulsión sexual entre ella y Batman (ya que Winnick recalca que en esta nueva reinterpretación ninguno de los conoce ni quiere saber quién está detrás de la máscara) pueden darnos divertidos meses de culebrón si tenemos ante nosotros al mejor Winnick, el de Green Arrow. Y si no, por lo menos podremos disfrutar del excelente trabajo artístico de nuestro Guillem March.
Batman 1 de Scott Snyder y Greg Capullo.
De las 52 series de la nueva DC, esta era una de las que más expectativas tenía puesta en ella. Lo primero, porque Batman es mi personaje favorito de la editorial y lo segundo por su guionista, Scott Snyder, que venía de una corta pero intensa y excelente etapa al frente de Detective Comics. El resultado cubre con creces las expectativas. Batman está en buenas manos. La serie transcurre en el tiempo actual, al contrario que Detective Comics, que parece que es al principio de la carrera de Batman, en esta "extraña" cronología que se han montado en esta nueva DC. Pero quitando esos detalles cuyo culpable no es otro que Dan Didio y su descontrol editorial y con todos los equipos creativos, hablemos del trabajo de Snyder, un autor que demuestra número a número que quiere al personaje. En este primer número nos presenta su Gotham, muy cercana a los diseños del fallecido Anton Furst, diseñador del primer Batman de Tim Burton y que continúa su aproximación siniestra a la ciudad del Señor de la Noche. Snyder hace un recorrido por el pasado y presente del personaje con esa panorámica a doble página de la batcueva, en el asilo de Arkham enseñándonos que su trabajo y el de Morrison no ha caído en saco roto con el reinicio, ya que en sus celdas tenemos a Mr. Pyg y al hijo de Gordon. Un asesinato inspirado en los crímenes del asesino de Seven nos lleva a un giro argumental inesperado que tiene relación con Dick Grayson y que desde ya quieres saber que ocurrirá. Snyder es apoyado en el lado artístico por Greg Capullo, autor conocido sobre todo por su trabajo en la factoría McFarlane con Spawn y que trae su estilo recargado y sucio a la ciudad de Gotham. Un punto para él, para desmarcarse del estilo abigarrado de su maestro McFarlane y simplificar su barroquismo. Su Batman físicamente está muy inspirado en el más tosco y cuadrado Batman de Miller, que en el estilizado Caballero Oscuro de otros autores como Neal Adams. Quizá lo peor que podría destacar del tebeo es el color de Francisco Plasencia, demasiado apagado de tono, por mucho que se quiera dar esa atmósfera opresiva y ceniza al tebeo. Pero es un leve detalle que no empaña el que es uno de los tebeos imprescindibles de esta nueva DC.
Batman The Dark Knight 1 de David Finch y Paul Jenkins.
Un buen ejemplo de lo que no funciona en muchas de las series de esta nueva DC. Lo primero, mencionar las desproporciones anatómicas del supuestamente espectacular David Finch, como por ejemplo la ilustración de la portada del número 1 de la colección, donde el brazo izquierdo del Caballero Oscuro es tan largo que le llegaría a los tobillos o esos rostros que dibuja que hace parecer a los personajes que viven en un ictus permanente. Pero quitando eso, algo que no es de extrañar para un dibujante que proviene de los estudios Top Cow donde lo único que se valoraba era la capacidad de dibujar pin-ups y modelos para camisetas, lo más importante es la valía de una cuarta colección de Batman en el mercado. Que el tebeo contenga otra huída de Arkham idéntica a la representada en el Batman de Snyder o que Bruce Wayne de otro discurso frente a los ricos y poderosos de Gotham al igual que en el de Snyder tendría que servir para darle un tirón de orejas tanto al editor de la línea Batman Mike Marts, como al editor en jefe Dan Didio que no se dignan en reunir a sus autores. Y quitando esto, ¿que nos queda?. Cansinos textos en off de la mano del guionista que va a ayudar a David Finch a cumplir las fechas de entrega que no cumplió en el primer volumen de esta colección y varias posturitas de Batman que quedarán muy bien en próximas camisetas, de color negro si puede ser. Ah, se me olvidaba, el Dos Caras/Killer Croc de la última viñeta me parece ya el colmo de lo ridículo.
Justice League Dark 1 de Peter Milligan y Mikel Janin.
Otro de los tebeos de este reinicio que más me llamaban la atención, pero que esperaba con cautela por ser el guionista quien es: Peter Milligan. Este guionista es capaz de lo mejor (Shade, Blanco Humano, X-Tatix) como de lo peor (Elektra, X-Men). La suerte, que a tan solo un número, estamos más cerca de los primeros que de los segundos, aunque en el fondo este sea un encargo comercial. Lo bueno, que los miembros de esta futura Liga de la Justicia Oscura, son viejos conocidos del guionista, como John Constantine o Shade. Y además, la aparición de la Justice League en la colección, trae al recuerdo los primeros números de la Cosa del Pantano de Alan Moore, donde este sabía introducir a su personal creación, los conceptos del universo DC más clásico sin que estos chirriaran. Sumémosle a esto un inicio intrigante, un final que no por tópico no es entretenido, un buen trabajo del español Mikel Janin al que el único pero que se le puede poner es un ligero estatismo en los rostros de los protagonistas, pero que tiene un excelente sentido de la composición de página y un grupo de personajes de la DC más sobrenatural (Deadman, Madame Xanadu, Zatanna y los ya mencionados Shade y Constantine) dando como resultado el mejor tebeo con el título de Justice League de la nueva DC y uno de los imprescindibles de este reboot.
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