Superman: The Man of Steel de John Byrne 1 al 6 USA (1986).
En 1986, los cimientos del cómic mainstream estaban sacudiéndose. Desde 1960, con la aparición del universo Marvel, la editorial DC Comics había perdido el liderazgo del cómic de superhéroes. Los personajes creados por Stan Lee le habían ganado la batalla gracias a lo moderno de sus planteamientos, lo estructurado de su universo y la facilidad de acceso que tenía para un novato en el mundillo. Además, Marvel Comics tenía a los mejores autores del mundo del cómic. En cambio DC era sinónimo de pasado, de aburrido, de complicado y de malos autores.
Dos acontecimientos importantes ocurrieron entre 1985 y 1986 en la industria del cómic americana para que esta situación cambiase. La primera, fue la aparición de la maxi-serie de 12 números de DC Comics, "Crisis en Tierras Infinitas", un intento de simplificar su universo repleto de tierras pararelas, contradicciones entre versiones de un mismo personaje, todo ello debido a los casi 50 años que llevaba la editorial en funcionamiento, lo que provocaba que un neófito en el mundo del cómic, se acercara antes al universo Marvel, mucho más sencillo de acceder, aparte que los cómics de la DC para la juventud del momento era sinónimo de los cómics de sus padres. Esto lo motivaba también el hecho de que los autores en DC eran de una calidad muy inferior a los que tenía Marvel en nómina, John Byrne entre ellos. Crisis en Tierras Infinitas, guionizada por Marv Wolfman y dibujada por George Perez (autores ambos que le habían dado a DC su mayor éxito en años con la colección de Los Nuevos Titanes) fue todo un éxito tanto de crítica como de público y cumplió su objetivo, simplificar dicho universo dejando una sola tierra y plantando la semilla para reiniciar a todos sus personajes icónicos de nuevo con autores de prestigio.
El segundo acontecimiento que sacudió los cimientos del cómic americano, fue la salida de John Byrne de Marvel Comics. John Byrne comenzó en Marvel Comics a mediados de los años 70 y llamó la atención con un estilo novedoso y espectacular que se convirtió en el epítome de como dibujar un cómic de superhéroes moderno pero clásico a la vez. Sus héroes eran majestuosos y sus heroínas bellas y atractivas. Comenzó poco a poco con series de segunda categoría como "Marvel Team Up" y "Puño de Hierro" ambas con Chris Claremont, el guionista estrella de la Marvel de los 70 y 80, junto con el que revolucionó posteriormente el cómic de superhéroes con su Patrulla X con Chris Claremont a los guiones. En esta colección, Byrne demostró que no era fácil de domar y que sus intenciones eran ser el autor completo de los cómics que dibujaba. Míticas son las peleas que tuvieron Claremont y Byrne en su etapa de tres años al frente de la Patrulla X, dejando siempre en la duda cuanto de las grandes aportaciones en los guiones firmados por Claremont pertenecían a Byrne. Dejó los X-Men, y comenzó su etapa de autor completo en series míticas de los 80 como "Alpha Flight" y su mejor obra, su etapa en "Los 4 Fantásticos", la mejor de toda su historia, junto con la etapa original de Stan Lee y Jack Kirby, que nunca ha sido superada. Los problemas de Byrne en Marvel, comenzaron con la llegada de Jim Shooter como editor de Marvel Comics. Choque de fuertes egos que provocó que Byrne abandonara Los 4 Fantásticos y se fuera a DC Comics como autor en exclusiva.
En ese momento, DC Comics quería entregar a los mejores autores del panorama sus grandes iconos para que los modernizaran y los convirtieran en los cómics y personajes del momento. A Frank Miller se le entregó a Batman, con sus seminales "Batman: The Dark Knight Returns" y "Batman Año Uno" y a George Perez "Wonder Woman". Byrne pidió al icono de los iconos: Superman. La aparición del primer número de esta miniserie de seis ejemplares se convirtió en el fenómeno de la déada, en el ejemplar más vendido en la historia del cómic de superhéroes y repercusión mediática.
Lo primero que quería hacer Byrne en la colección era llevar a Superman a un retorno a los orígenes. Eliminó todo aquello que sobraba y que se había ido adueñando de la historia del personaje a lo largo de casi 50 años y lo dejó simplificado y modernizado. Lo primero que hizo fue convertir a Superman de nuevo, en el único superviviente de Krypton, eliminando todos los personajes acoplados que fueron apareciendo como Superboy, Supergirl o Krypto el Superperro. De las mil y una kriptonitas que habían, Byrne decidió que solo habría una, la verde. Todo lo más sencillo posible para empezar a construir de nuevo.
Y Byrne lo consiguió. Su mérito fue hacer novedoso y original, un material que era rancio y caduco. En seis números únicamente, redefinió la leyenda del hombre de acero. Cada número lo centró en cada uno de los personajes emblemáticos de la historia del personaje. El primer número se centra en el origen de Superman, desde su salida de Krypton (donde remodeló y modernizó positivamente la imagen que teníamos de ese planeta y sus habitantes) hasta su llegada a Smallville donde nos cuenta su infancia y adolescencia con sus padres adoptivos los Kent y la mujer de su niñez, Lana Lang. El número finaliza con la primera aparición de Superman en público salvando a la que será la mujer de su vida, Lois Lane y los motivos por los que Superman necesita un uniforme con una espectacular splash page final.
El segundo número se centró en Lois Lane y la llegada de Clark a Metrópolis. El personaje de Lane, inspirado mucho en la caracterización que Margot Kidder realizó en la película original de Superman de 1978, ya no es la damisela en apuros, desvalida y tonta. Ahora es una mujer de armas tomar, una mujer de su época, los años 80. El tercer número nos presenta el primer encuentro entre Superman y el que será su mayor aliado y mejor amigo, Batman. Por supuesto, el cuarto número nos presenta al nuevo Lex Luthor, que deja de ser un científico y archivillano loco y estúpido que solo quiere destruir la tierra y acabar con Superman, para convertirle en un despiadado hombre de negocios multimillonario que detesta a Superman porque le ha quitado el protagonismo y no entiende que con todos sus poderes no los use para su lucro personal. El quinto ejemplar nos trae a Bizarro, creado por Luthor y el sexto, un regreso a Smallville para que Superman descubra sus raíces Kryptonianas y nos cuenten que pasó con Lana Lang cuando Superman dejó Smallville.
Seis números que se leen del tirón y que demuestra las capacidades narrativas de Byrne. Es un perfecto punto de partida para el personaje, que luego Byrne continuó en las series regulares y que hablaré en próximos posts. La labor a los lápices de Byrne es intachable, es el cómic de superhéroes por antonomasia, con un Byrne en plenas facultades.
El único punto negativo que se le puede achacar a esta versión del personaje, es el tufillo republicano que desprende por todos sus poros, con su oda a América y ese odio infantil hacia Rusia, pero hay que tener en cuenta la fecha de publicación de la colección, 1986, con Reagan al poder y "héroes" como Rambo y Rocky en lo más alto de su popularidad. Era el sino de esos tiempos.
siempre me ha encantado de Superman lo que sale en el quinto dibujo que has puesto! que tan solo repeinándose y poniéndose unas gafitas sea totalmente irreconocible!! :)
ResponderEliminarpor eso yo llevo gafas, porque sin ellas soy completamente diferente y nadie me reconoce,jejeje
ResponderEliminarEstoy bastante de acuerdo con el artículo,incluido lo del exceso de americanismo (el punto débil de la versión Byrne),aunque no lo considero republicano;LOS DEMÓCRATAS SON IGUALMENTE PATRIOTEROS.Ojalá DC se diera cuenta por fin de que esta es la mejor versión del personaje y se dejara de nuevas versiones absurdas (Birthright,Secret Origin).
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo contigo, anto32. Tienes razón con que los yanquis, sean republicanos o demócratas, son igual de patrioteros, pero el tufillo anti-rusos que desprende el cómic y a todo aquello que no sea la tarta de manzana si que es muy de republicano cerrado. A mi también me parece la mejor versión del personaje en cómic, pero actualmente estoy viendo Smallville y aún sonando profano, creo que esta última se le acerca bastante, aunque no lleve mallas.
ResponderEliminarGracias por escribir. Espero verte por aquí.
Mmmhhh, no se, chicos, lo cierto es que Superman y el patriotismo americano es algo muy difícil de separar, antes, y después de Byrne.
ResponderEliminarHe de decir, por otro lado, que la de Byrne puede que sea en ese aspecto la versión mas progresista, ya que, por o pronto, el clásico lema "luchar por la verdad, la justicia, y el modo americano" se plantea en esta versión de forma casi cínica. Ni siquiera en versiones más actuales, y en coyunturas mucho menos patrióticas que aquellos 80 de los últimos coletazos de la guerra fría se ha planteado el lema de "truth, justice, and the american way" tan escrupulosamente distanciado de (o incluso parodiando) su ingenua intención original. En "Birthright" pretenden relatar las andanzas de un hombre de mundo, pero el punto de vista de Clark siempre va orientado a la democracia occidental, y qué decir de "Secret Origins", que es la versión mas desalmadamente conservadora que pensé que pudiera ver en el siglo XXI y para mí la peor de las tres, mal teñida de anti-militarismo, los guionistas parecen tener la obligación de condonar malas actuaciones militares amparándose en la presencia de un genio del mal.
Francis, es lo que tiene publicar en el país imperialista. Mira el revuelo que se ha montado con la renuncia de Superman a ser americano en el Action Comics 900. Y completamente de acuerdo contigo, el Secret Origin de Geoff Johns ha sido una verdadera decepción, por lo que tu comentas y porque le ha quitado todo el halo optimista y luminoso que el personaje tiene que tener. Gracias por escribir.
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